sábado, 30 de enero de 2010

¡EPEC y la punta que te partió!

Mientras mi padre se entona con Sabina, yo me recluto en mi habitación. Todavía no logro despegarme del mal humor que emepzó anoche a las 11, cuando mi casa quedó a oscuras por tercera vez en el día. No es tarea fácil conciliar el sueño cuando las gotas de sudor te hacen cosquillas en el cuello, cuando ni siquiera podés apoyar la cabeza en la almohada porque te da calor y cuando, consecuentemente, comenzás a sufrir de tortícolis por las extrañas posiciones que lográs inventar para estar en contacto con la sábana lo menos posible. Sin ventilador y con 40° no se puede dormir y así fue como terminé en la hamaca paraguaya de afuera, a la luz de la luna y las estrellas, disfrutando de la brisa fresca que jugaba con mi pelo y me hacía cosquillas en la cara. Aún así me ca(r)go en este pu(n)to calor y en los cortes de luz de miér*coles (y de lunes, martes, jueves y viernes)
Cortes programados, ¡¡¡LAS PELOTAS!!!