miércoles, 29 de julio de 2009
Una visita siempre insoportable
Malvenido seas, Mal Humor. Nadie te quiere aquí sin una causa justa (y ¿para qué negarlo?: con, tampoco), pero ya que tercamente te inmiscuyes, abres la puerta, pasas y te quedas, no puedo más que rogar que desaparezcas cuando llegue la mañana y, mientras tanto, fingiré no notar tu presencia perdiéndome en la realidad de otro mundo (un ayer, un libro, un mañana) y cuando más no lo espere, cerraré los ojos para alejarme de la tierra de los despiertos y de pronto encontrarme en un lugar al que jamás se te permitirá la entrada. Por la mañana, me perfumaré de optimismo para olvidar tu estadía y no tendrás cabida en mi día ordinario.
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Y eso que no te estás juntando mucho conmigo... Yo no te lo contagié!
ResponderEliminarOjalá pudiera juntarme con vos! Con el canto, café y criollos se me va toda la mufa, P.!
ResponderEliminarAL PARECER TENEMOS LA MISMA ADMIRACION POR SPINETTA.. SALUDOS! VOY A SEGUIR LEYENDO MAS ABAJO...
ResponderEliminarAhora soy yo la que está de mal humor! Luego te cuento.
ResponderEliminarLos malhumores son asi, no soportan el sueño. Igual que las depresiones, despues de dormir se enfrentan diferente.
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