domingo, 6 de febrero de 2011

It's an honor!

El viernes tuve el casamiento de mi profe de canto. En noviembre se casa mi mejor amiga. ¿Será señal de que la adultez se acerca? A mí me asusta el crecimiento. Bah, no me asusta, pero me genera una cierta incertidumbre que hace cosquillas. No es que esté parada en el medio de la vida sin saber qué hacer ni para dónde salir corriendo... algunos planes hay, o por lo menos esbozos de planes. A lo que quiero llegar con todo esto es a que mi mejor amiga se casa el 26 de noviembre y ¡soy su dama de honor! No, no es que se quiera hacer la yankee, es que el novio es estadounidense y bueno, en toda unión intercultural tiene que haber adaptaciones. El único problema es que voy a caminar del brazo de otro hombre hasta el altar. Novio, no te pongas celoso, sabés que con la única persona que quiero llegar al altar es con mi papá y para que me entregue a vos (soy lo más cursi que viene en persona). En fin, soy dama de honor. Dama de honor. Y, ¿qué quieren que les diga? a mí se me infla el pecho de orgullo. Lagrimeo de emoción cada vez que lo cuento. ¿Cómo se sentirá estar vestida igual a otras 4 personas y que sea a propósito?

1 comentario:

  1. Más te vale que sea yo el que te tenga del brazo en el altar. Y, ese muchachito que se va a dignar a tocarle el brazo a mi niña, ojito porque te voy a estar mirando bien de cerca... muajaja!

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