martes, 29 de diciembre de 2009

Antonin

Digamos que siempre fui de esas a las que les aterra manejar cuando llueve torrencialmente. Hoy fue la excepción. Antes de que empezara a gotear, sonaba en el auto Artaud, uno de los mejores discos de Pescado. Cuando volvía a casa, la temperatura en el interior del auto, producto del aire acondicionado puesto al mínimo, contrastaba con la humedad y la pesadez que me mostraba el parabrisas. Y la voz de Spinetta completaba el ambiente, sólo que esta vez, estaba acompañada de gotas que golpeaban con gran fuerza las chapas del auto y conformaban un particular coro de fondo.

La velocidad, la frescura, la música, el llorar del cielo y su sonido tan particular, contribuyeron a que esa vuelta a casa sea una de las más placenteras...

domingo, 20 de diciembre de 2009

De Mujica

Sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa...

jueves, 3 de diciembre de 2009

Afiche


Un aplauso a la inciativa y originalidad de este chico. Jamás se me hubiese ocurrido hacer una cosa así...


¡Gracias, "Thomas"!

Y gracias a Ana, que me lo hizo conocer (Y no, Ana, no podía ser menos, ¡yo quería uno!)

lunes, 30 de noviembre de 2009

¡Felisa, me muero!

No pregunten por qué, pero desde que tengo uso de razón (y memoria) mi familia acostumbró a festejar la llegada de los años nuevos con una tradición, me explicaron, española: comer 12 uvas antes de que el reloj marque las 00:00. Mi abuela hace sonar una pequeña campana y tras oír el ruido, uno tiene que comenzar a desmenuzar el fruto redondo a la vez que pronuncia en su cabeza el deseo número 1, luego el 2, luego el 3, y así sucesivamente. Hoy, en uno de esos tantos momentos en que el mundo se congela para mi mente, que sólo puede prestarle atención a lo que piensa, llenaron mi cabeza un sinnúmero de deseos que deseo (valga la redundancia) para el 2010. Y me pregunté si una docena de uvas me alcanzarían. Nunca fui organizada para el tema de la ingestión, seguida del pedido, y suelo tener que apurarme para alcanzar al resto, escapándoseme así, algún que otro deseo. Es por eso que hoy decidí hacer lo que nunca hice hasta ahora: confeccionar una lista para que nada quede afuera (o al menos no lo más importante). Claro que la lista no va a ser pública porque, de serlo, los deseos no se cumplirían... y lo pienso yo, que soy lo menos supersticiosa que viene en cuerpo humano.

Me salió el tiro por la culata

Resulta que hoy, después de despotricar en contra de la computadora que me tiene harta con sus ya-no-tan atrapantes vicios, como ser Messenger, Facebook, y (en menorsísima medida) el Blog, llegó un momento del día en que tuve que hacer tiempo y me vi atrapada por lo que fue motivo de mis quejas horas más temprano. "Es tan lindo desenchufarte y dejar de estar pendiente de la computadora" (sic). Pero es que mi madre chocó a un perro por segunda vez en tres meses (aproximadamente) y tuve que ir en su rescate para evitar que gaste una fortuna en taxi. Tristemente, pero para nuestro alivio, los objetos de sus karmas van disminuyendo en tamaño (considerablemente): un tiempo fueron taxis, luego motos y, hoy, son perros. El primer perro que chocó fue a dar con su capot, después de que un auto se lo llevara bien puesto. (Lo que es estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, ¿no?). En el caso del segundo, la historia fue al revés. Pobre, ¿qué sabía él (digo "él", pero en realidad no sé de qué sexo era y digo "era" porque por las descripciones que dio mi progenitora, estoy 99,9% segura de que no se salvó) que la circunvalación es peligrosa y que los autos suelen alcanzar velocidades de hasta 200 kph? (Claro que mi madre no superaba los 110, como buena acatadora de reglas de tránsito que es). En fin, ¿en qué estaba? Ah, sí (me fui un poquito por las ramas). Decía que tuve que hacer tiempo para ir a rescatar a mi madre en el momento en que ella así me lo ordenara. Y hasta entonces, decidí divagar por blogs. Encontré cosas muy interesantes que me mantuvieron despierta hasta las 2 de la mañana (todas ellas aparecen en mi "Jardín de gente"). Recomiendo que pasen y vean. He aquí dos adelantos: The Power of a Good Story (Apto para todo público. Es decir, entendedores y no entendedores del inglés) y Messenger (También APT).

Sí, es ciero. El formato texto es más común en los blogs, pero éstos videos son dignos de ser compartidos. Y por supuesto que también encontré textos de lo más ingeniosos, pero no tengo ganas de seleccionar ejemplos. En fin, ahora debería ir a dormir. Mañana voy a invocar un diluvio* y para eso, necesito estar descansada.


*Entiendasé por "invocar un diluvio" "acomodar mi habitación".

Buenas madrugadas.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Gracias, alma despistada

Todo bípedo que habite la ciudad de Córdoba y que utilice un vehículo particular como medio de transporte sabrá que estacionar en la zona céntrica de la mencionada ciudad no es tarea fácil. No sólo por el tráfico y la superpoblación de autos en las calles en las que el estacionamiento está permitido, sino porque además escasean las monedas y los parquímetros elitistas sólo aceptan de un peso o de cincuenta. Cuando buscás monedas en tu bolsillo, cartera, monedero y/o cenicero del auto y te das cuenta de que son todas de 25, te querés matar. Te armás de paciencia y empezás a recorrer los 5 quioscos que tenés medianamente cerca y, con tu mejor cara, pedís monedas para el parquímetro. O, con una estrategia mucho más inteligente, comprás una tableta de chicles Topline con un billete de dos pesos, rogando que el vuelto tenga la forma de la tan preciada moneda que estás necesitando. Y no, después de que el quiosquero te pregunta si tenés cambio y de que vos le mentís descaradamente "Mmm... no, la verdad, nada de monedas", ves que su mano se acerca a la tuya sosteniendo un par de monedas cuyo valor no alcanzás a descifrar y pensás "que sean de 50, que sean de 50", pero no. En la palma de tu mano, resplandece el metal, a veces plateado o a veces dorado, de un par de victoriosas monedas de 25 que parecen mirarte burlonas. "Bueno", pensás, "con monedas de 25, es más factible que alguien se apiade de mí y me las cambie por unas de 50". Y, finalmente, 5, 10, 15 o 20 minutos más tarde, lográs introducir las monedas que corresponden para comprar tu porción de tiempo de las calles del centro de Córdoba (eso cuando el parquímetro no te la escupe como diciendo "nena, la monedita es falsa". O cuando ni siquiera la escupe y vos te quedás ahí parada, rindiéndote ante la cruel derrota por haber perdido para siempre aquellas monedas que tanto te costaron conseguir).
Por todo eso tiene que pasar un simple ciudadano cuando hace una excursión al centro. La próxima vez, dejás el auto en tu casa y te tomás un colectivo, que seguro renegás menos.
Mi madre y yo nos vimos eximidas de tal trajín un par de días atrás. Entre las dos logramos reunir lo necesario para una hora y media de estacionamiento. El parquímetro aceptó nuestras monedas sin quejas y pudimos continuar con nuestros quehaceres, sabiendo que tal vez íbamos a necesitar agregar más monedas al cabo de la hora y media; monedas que ya teníamos en nuestro haber. Pero, para nuestra sorpresa, no hizo falta. Cuando llegamos a donde estaba el auto, nuestro parquímetro marcaba una hora más de la que debería haber marcado. Como el auto de atrás no era el mismo que estaba cuando nosotras estacionamos y su parquímetro también había sido alimentado, mi conclusión fue que el señor o la señora, en un minuto de despiste, introdujo monedas en el parquímetro equivocado. A quién sea que haya sido, ¡gracias!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Desarrollando léxico

Intenté enseñarle a decir palabras. Él miraba mi boca como intentando descifrar los movimientos, pero no lograba mover la suya. Es tal la concentración con la que me mira que sé que pronto va a hablar para decir todo lo que calló hasta ahora.

martes, 24 de noviembre de 2009

Parálisis de iris




O lo que, comúnmente, se conoce como dilatación de pupila, resultado de un fondo de ojos.


Sí, ya sé. Tengo que depilarme las cejas, sssshhhh.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Teoría de las fantasías

Fantasies have to be realistic because the moment -the second- that you get what you seek, you don't -you can't- want it anymore. In order to continue to exist, desire must have it's objects perpetually absent. It's not the "it" that you want, it's the fantasy of "it".


En La vida de David Gale.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Silencio invasor

El silencio sellaba las bocas cercanas. Invadía el ambiente y espesaba el aire; aire que se volvía difícil de respirar con cada palabra no pronunciada. Y la incomodidad no escapaba de la escena. ¿Cómo transformar la seriedad en risas? ¿Cómo actuar? ¿Qué decir? ¿Decir?. Nada parecía matar a aquel invasor. Hubiese sido mejor el silencio en soledad que el silencio en compañía. Y el tiempo se les escapaba de las manos y se sentían atrapados en lo que callaban. Hasta que la palabra tomó forma, pero no de manera segura. Era tímida y se abría paso por entre el espeso silencio que apenas la dejaba moverse. Silencio no grato, no bienvenido. Y mucho menos cuando nos inunda en compañía.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Dos veces bueno?

Lo bueno, si breve, dos veces bueno - suele decir mi madre. Creo que desde el primer momento en que esas palabras llegaron a mis oídos, empecé a buscarles el sentido que encerraban. Si algo es bueno, ¿por qué debería ser breve? (Cabe destacar que eso fue una pregunta retórica ya que no busco respuestas. Respuestas que yo misma podría darme, pero simplemente no quiero). Este fin de semana fue bueno (y digo "bueno" para ajustarlo a la frase, porque en realidad el "bueno" es demasiado poco adjetivo) y el hecho de haber sido breve NO lo hizo doblemente ese demasiado poco adjetivo, en absoluto.
Una vez más compruebo que esa frase no tiene cabida en mi sistema ideológico.

jueves, 5 de noviembre de 2009

(En Patch Adams)

I Don't Love You
No te amo

I don't love you as if you were the salt-rose, topaz
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
or arrow of carnations that propagate fire:
o flecha de claveles que propagan el fuego:
I love you as certain dark things are loved,
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretly, between the shadow and the soul.
secretamente, entre la sombra y el alma.

I love you as the plant that doesn't bloom and carries

Te amo como la planta que no florece y lleva
hidden within itself the light of those flowers,
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
and thanks to your love, darkly in my body
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
lives the dense fragrance that rises from the earth.
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

I love you without knowing how, or when, or from where,
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
I love you simply, without problems or pride:
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
I love you in this way because I don't know any other way of loving
así te amo porque no sé amar de otra manera,

but this, in which there is no I or you,
Sino así de este modo en que no soy ni eres,
so intimate that your hand upon my chest is my hand,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
so intimate that when I fall asleep it is your eyes that close.
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.


Éste es uno de los sonetos más fantásticos que leí en mi vida... La traducción es excelente, también. Estoy mirando Patch Adams y volví a cruzarme con esto. Se me ocurrió ponerlo acá...

lunes, 2 de noviembre de 2009

Desconexión

Escapemos de la realidad, de la imaginación, de las teorías, de las prácticas, de las hipótesis, de los hechos, de las ganas, del aburrimiento, del hoy, del mañana, y (¿por qué no?) del ayer también. Olvidemos la libertad y las obligaciones, la felicidad y la tristeza. Borremos el negro y el blanco y el gris también. Suspendamos el tiempo, nos descontextualicemos de lo que nos rodea. Seamos uno en uno. Volemos. Que el pensar y el sentir no nos acompañe. Que la mente no haga otra cosa que pausarse hasta nuevo aviso. Que experimente el grado máximo de la relajación. Que todo sea posible...

lunes, 26 de octubre de 2009

Contradicciones nuestras de cada día

Octubre, terminá.
Noviembre, no llegues.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cuatro-ojos regresa

Casualmente, el mismísimo día de la visión*, un oculista me prohibió el uso de lentes de contacto. Dice que tengo un principio de úlcera (como si eso fuera grave, pffff). Grave es no ver. Grave es tener que volver a los culo de botella que me torturaron durante 9 años de mi vida. Grave es que todavía me falten dos años para que arreglen mi falla de nacimiento.


Nótese la ironía encerrada entre paréntesis


*Según una radio que escuché esta mañana camino a la facultad; otras fuentes dicen que es el 11 (?)

domingo, 4 de octubre de 2009

Te amo así, inexplicablemente.



Yo que era reacia a esas (dos) palabras.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Boluda total

Hoy, ahora, en este momento, siento que exploto. No porque tenga el estómago lleno, no; sino porque siento que estoy tragando palabras. Y llega un punto en el que se atoran en mi garganta y me hacen sentir lo que se asemejaría a un nudo imposible de desatar. Hay cosas que me molestan, y mucho. Pero sé que al decirlas nada va a cambiar, nada. Entonces, ¿para qué decirlas? ¿Qué gano yo con que ella lo sepa? ¿Qué pierdo yo, qué pierde ella? No piensa ni siente como yo y tampoco lo intenta. No mide sus palabras, ni sus actos. Pero dice reproches y críticas y erróneas conclusiones, sin importarle el impacto. Y yo, carente de seguridad, acepto todo y lo trago y me hago pequeña con cada palabra suya, con cada lágrima mía. Me callo por insegura y maldigo no haber elaborado un mínimo de rebeldía a lo largo de los años. Me autotitulo… boluda. Soy consciente, pero no puedo escapar de esa boludez. Crecí con eso y en eso me siento esencia. Romper los esquemas sería perder una parte de mí. Y, si bien, no sería la mejor parte, ¿cómo hacérmelo entender?

¡Ah! Basta de sentir

Me refugio en esto que digo y en lo que callo, porque la ausencia de alguien presente es aún más traumática que la ausencia pura.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Subjetividad cero

Yo entiendo eso de que las interpretaciones completan al texto. Perfectamente lo entiendo. Y también entiendo que con las interpretaciones hay una carga de subjetividad importante: cada uno lo hace a su manera; cada uno atribuye a cada palabra, a cada punto y a cada coma, un significado diferente. Y, si bien creo que ésa es una de las magias de la escritura, debo decir que a veces odio el poder de la interpretación. A veces detesto que una palabra atada a un concepto, genere otro totalmente distinto en la persona que se topa con los textos en los que esa palabra está delimitada. Y sí, uno es libre de interpretar lo que quiera como se le plazca, pero ¿por qué distorsionar mis palabras? No lo merecen. Hoy tengo ganas de escribir acerca de él. Y ustedes no saben quién es él y yo no tengo ganas de especificarlo. Entonces pueden pensar que él es mi novio, un hermano, un tío, mi abuelo, y hasta mi perro. (Claro que aquellos que me conocen realizarán una interpretación en base a la lógica que los caracteriza: de mi perro no puedo estar hablando porque aunque operada de sus órganos reproductores, mi mascota sigue siendo nena) En fin, decía que tenía ganas de escribir acerca de él. No interpreten, no saquen conclusiones, no lean. Él empequeñece mis sonrisas, mi alma; y no porque tal sea su objetivo, si no porque yo se lo permito. No quiero hacerlo culpable de mis debilidades, como ayer; no hoy y tampoco mañana. No quiero sentir que nada nos une cuando en verdad, estamos ligados por leyes primeras. No quiero que sea ajeno a mi vida y ser ajena a la suya (aunque a veces sí), pero ¿cómo cambiarlo? Y de ser posible, ¿sería voluntario? No quiero que sea objeto de mis catarsis o culpable de mis llantos. No quiero que sea una sombra, una actuación mal lograda. Quiero que sea presencia, figura importante. Es mucho pedir, pero en realidad no pido nada: sólo una brisa que renueve el aire, una próxima etapa. Sólo desvanecer el resentimiento, así sin más. Y así, sin más, es que dejo de seguir encadenando palabras... porque esta vez, como pocas, no logran alivianar la carga. Se anula la catarsis.

En casa nos decimos agnósticos

Hermana: Ma, viste que yo me había santificado, ¿no?
Madre: Sí.
Hermana: Pero me acordé de que ayer lo insulté a Manu.
Madre: ¡Aaaah, pero lo tenía bien merecido! Yo te absuelvo, hijita. Ni reces el Padre Nuestro.

martes, 22 de septiembre de 2009

¿?

¿Y qué se hace con ese llanto pasivo que no logra activarse en lágrimas,
con esa mente que gira, gira y gira hasta marear al sentimiento,
con la (a veces no tan) grata incertidumbre,
con el cosquilleo,
con el miedo?
¿Qué se hace con la confusión,
con el deseo de saber y no saber al mismo tiempo,
con las palabras atragantadas,
con las palabras apresuradas,
con el tiempo encapsulado en relojes?
¿Qué se hace con vos y conmigo,
pero más conmigo que con vos,
con el dolor que aún molesta,
con el futuro que no llega?
¿Qué se hace con el hoy,
cuando hay mucho ayer
y poco mañana?
¿Qué se hace cuando hay sólo preguntas y nada de respuestas?

jueves, 17 de septiembre de 2009

Gotas para los ojos

Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Terrible, pero hermoso.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Frío

Esas gotitas redondas, sin pudor y sin piedad, le humedecían el rostro. El aire frío le golpeaba el cuerpo, contribuyendo con su malestar físico y emocional. La idea de un lugar cálido no la soltaba y ella se perdía entre la angustia y los deseos de desaparecer. El frío comenzaba, ahora, a congelar los hilos que formaba el agua de lágrimas en su mejilla, a la vez que una cadena de sensaciones ridículas se engranaban, inevitablemente, dentro suyo. A su alrededor todo parecía irreal y el cansancio la ofuscaba. No veía la hora de perderse en lo onírico, en lo utópico. De perderse y no encontrarse hasta haber eliminado cualquier rastro de pesadez...

martes, 8 de septiembre de 2009

Monday, Bloody Monday

Mi lunes fue una cachetada que gráfica y dolorosamente expresó "tu fin de semana se acabó". La facultad me recibió con una interesante clase de Lingüística de la que no entendí ni J y puso en evidencia mi gran necesidad de ponerme al día con la lectura del aburrido manual (lectura que no podrá ser efectuada hasta que termine con un bendito trabajo que tengo que entregar el viernes). Salí de la facultad sintiendo esa pesadez de las obligaciones varias que me esperaban al llegar a mi casa y cuando subí al auto recién bombardeado por desechos de un pájaro (o dos) con aparentes problemas intestinales, supe que a mis obligaciones se le sumaba ahora el tener que deshacerme de esas manchas que arruinaban la pulcritud del vehículo. Sí, ya sé, ¿cuánto puede llevarte limpiar eso? No es para tanto. Y no, no fue para tanto, pero tampoco fue fácil porque esos adorables animales se encargaron de que sus necesidades caigan decorativamente, abarcando la mayor cantidad de superficie posible. Y no quiero causarles repulsión, pero había partes terriblemente adheridas y otras terriblemente frescas (¿se entiende?). Cuestión que cuando había dado por concluída mi tarea, volví a prestarle especial atención a algo que parecía suciedad, pero en realidad era la pintura saltada, como si alguien le hubiese dado golpecitos al espejo retrovisor con un elemento punzante repetidas veces. Antes de entrar en cólera por buscar posibles culpables, me metí adentro y me puse a preparar el almuerzo. Entonces recibo un llamado de mi madre que necesitaba que fuera a buscar a su amiga a no-sé-dónde (en realidad sí sé, pero no tengo ganas de explicarlo) porque no entraba en el auto de ella. Comí lo más rápido que pude porque, a pesar de no estar para nada contenta de tener que salir de mi casa y perder tiempo en la ida y vuelta, odio hacer esperar a la gente (así como odio que me hagan esperar a mí, sobre todo cuando tengo cosas que hacer) Llegué al lugar indicado por mi madre dos minutos antes de lo previsto. Puse balizas, apagué el motor, me llené de paciencia y volví a encender la radio que me mostró el cartelito "on 20 min". Pasaron 5 minutos y nada... Pensé en llamar a mi madre, pero me dije a mí misma que no podía ser tan impaciente. 3 minutos después:
M.: ¿Ya saliste de casa?
Yo: Sí, mamá, ya estoy acá.
M.: ¡Ay! Mi amiga no fue al colegio, al final no viene.
Silencio.
M.: Volvete.
Yo: Sí.
Jamás contesté tan cortantemente. Me hubiese encantado que mi madre vea mi cara, pero escucharla con esa voz de "perdón hija, no me odies" hizo que no le grite con todas mis fuerzas. Volví a mi casa con una bronca que ni contar hasta un millón podía apaciguar y resignada a la idea de que mi lunes no iba a mejorar... Y no mejoró, pero afortunadamente, tampoco empeoró.

lunes, 31 de agosto de 2009

Choque contra la pared

Escribamos a mansalva. Descarguemos lo descargable. Extrañemos lo extrañable... y que el resto caiga, se rompa en pedazos, desaparezca. Se sabe que volver al pasado es imposible (todavía) y poco recomendable, pero qué lindo sería sentir que esa vida, que de a poco se desinvolucra, es un poco más como antes, un poco más mía, un poco menos de alguien. No es egoísmo, no. Es nostalgia: primero física y desalentadoramente emocional después. La imaginación en la ausencia no nos llevaba a otro lugar más que a éste. Y, sin embargo, de la imaginación a la realidad hay mil veces más dolor. Y no, no quiero conformarme con el recuerdo... Desacostumbrarme de la profundidad para sólo ser un observador periférico.

Bienvenida, realidad. No queda otra que hacerte frente.

Si piensa, tendrá angustia

Definitivamente, Eduardo.

La ley primera

El vínculo es inquebrantable y el deseo de romperlo genera angustia. Ya no sé si la culpa es mía, del vinculado o del resto. Y aún sabiendo que, sea como sea, poco importa, no logro encontrar la forma de alejarme. Mejor dicho, no logro, si quiera, empezar a buscar la forma... y muero un poco en cada intento. Porque es liberación no verte y prisión tenerte cerca. Es una lucha entre el sentir, el pensar, el saber, el querer, y el (no) poder. Una lucha que no puedo más que pelear por mí misma. Conmigo misma. Para mí misma.

Madre al teléfono

-Hola, ¿está Jesús?

Y se me ocurrió un sinfín de respuestas en cuestión de microsegundos.
Debería existir una Oficina Aprobadora de Nombres por la cual todos los padres tengan la obligación de pasar antes de anotar a sus hijos.

Hablalo con mi abogado, una novela de Diego E. Gualda

Resulta que empecé un libro que es tan atrapante como dibujito animado a los 5 años. A mi madre le entró por los ojos (por eso lo compró) y le salió por la boca en forma de interminables e insistentes recomendaciones (por eso lo estoy leyendo yo ahora). Debería liquidarlo de una sentada hoy mismo y continuar con mi vida en paz.

Tristemente paradójico

-¿Hay respuestas?
-No

sábado, 29 de agosto de 2009

Música de arriba

Nunca había ganado nada.
Hasta hoy.
Hoy, un cartel con su nombre la esperaba a la salida de un espectáculo.
Un cartel y una bolsita con dos CDs de Atahualpa Yupanqui...

...que piensa ir a cambiar dentro de los próximos 15 días.

Ni dos dedos de frente

No hace falta ser un Einstein para darse cuenta de que
tirar un cigarrillo prendido (!)
por la ventanilla de un auto
a la ruta
un día como hoy
no está bueno.

viernes, 28 de agosto de 2009

Viernes 9 am

Olor a verano.
Soledad matutina.
Una mochila de obligaciones.
La palabra "posponer".
Uno, dos, tres, cuatro, cinco mates.
La yerba vieja, resultado de una vagancia festejada.
Una grata incertidumbre sobre las horas venideras.
La sonrisa delatora: vos en mis pensamientos, mis pensamientos en vos.
Un sabor a menta y un olor a shampoo recién enjuagado.
Las sensaciones de mi tiempo.
El sonido de una música susurrada.
Una inspiración que dejó de hacerse presente.
Una lluvia de ideas y la necesidad de convertirla en palabras.
Palabras, palabras...

viernes, 14 de agosto de 2009

6,470,818,671

At this moment there are six billion four hundred seventy million eight hundred eighteen thousand six hundred seventy one people in the world.

Six billion people in the world.
Six billion souls...
...and sometimes, all you need is 1.

lunes, 10 de agosto de 2009

ERROR

Estos caracteres no están permitidos en la etiqueta de la entrada: !.



No, no estoy al pedo, sólo te parece. ¿Quién quiere dormir cuando es la 1:10 y mañana tiene que levantarse a las 7:30 más tardar? Mejor es perder tiempo en este tipo de cosas que mucho aportan al mundo del ciberespacio.
Justo hoy buscamos la definición de sarcasmo. Hete aquí un claro ejemplo.

Elakjsdklsajfdhf

Y es que ni la memoria, ni la inspiración, ni el contenido de mis pensamientos es lo suficientemente sustancial, válido o explicable como para hacerlo aparecer, a pesar de mis terribles ganas de que eso suceda. No puedo. Y es un "no puedo" tan paradójico que no soy yo la que está detrás de estas palabras, pero es que de verdad siento que no puedo escribir. Que nada se acomoda como para dejarlo plasmado. Que escribo para después borrar, que borro para volver a escribir y que volver a escribir resulta en lo absurdo. Siento un bloqueo físico, una especie de tensión que me paraliza el impulso a conectar palabras entre sí con un sentido lógico para quien las lea. Esto es puro bla bla. La nada misma. Un mero corcho que tal vez esté tapando lo que tapa (valga la tautología). En fin, fin.

miércoles, 29 de julio de 2009

Una visita siempre insoportable

Malvenido seas, Mal Humor. Nadie te quiere aquí sin una causa justa (y ¿para qué negarlo?: con, tampoco), pero ya que tercamente te inmiscuyes, abres la puerta, pasas y te quedas, no puedo más que rogar que desaparezcas cuando llegue la mañana y, mientras tanto, fingiré no notar tu presencia perdiéndome en la realidad de otro mundo (un ayer, un libro, un mañana) y cuando más no lo espere, cerraré los ojos para alejarme de la tierra de los despiertos y de pronto encontrarme en un lugar al que jamás se te permitirá la entrada. Por la mañana, me perfumaré de optimismo para olvidar tu estadía y no tendrás cabida en mi día ordinario.

martes, 21 de julio de 2009

Hablando de ocultar verdades...

Las mentiras piadosas son, al fin y al cabo, igual de mentira y fingir es casi tan desgastante como cuatro horas de estudio sin recreos; pero cuando no queda otra, no queda otra.
-¡No sabía que veníiiiiiiiias!
(Pfffffff)
Basta de sorpresas por este año, por favor. Mi ansiedad no lo resiste.

viernes, 17 de julio de 2009

A estos hombres tristes

Intérprete: Almendra
Autor: Luis Alberto Spinetta

Salva tu piel, la ciudad te llevó el verano. Ponte color, que al morir los hombres son blancos, más blancos que al volar sin volver, sin volver, que al volar sin volver. Tú tienes pies y tienes manos pero no se ven. Si tus pies hoy nacieron viento, déjalos correr y si tus manos con las plantas, déjalas crecer. Vive de azul, porque azul no tienes domingos. Ríete al fin, que llorar trae tanto frío, mas frío que olvidar como ver, como ver, que olvidar, como ver. Una vez vi que no cantabas y no se por qué si tienes voz , tienes palabras, déjalas caer, cayéndose suena tu vida aunque no lo creas. Cuánta ciudad, cuánta sed y tú un hombre solo. Cuánta ciudad, cuánta sed y tú un hombre solo...

miércoles, 24 de junio de 2009

Sobre el arte de escribir...

La literatura se asfixia por exceso de convencionalismos y de seriedad. Hay que purgarla de la retórica y lugares comunes, devolverle novedad, gracia, insolencia, libertad.

lunes, 15 de junio de 2009


Sólo quiero darte cosas simples...

sábado, 30 de mayo de 2009

Nótese el uso del posesivo

Cada uno debe hacerse cargo de sus dolores, de sus pérdidas y ganancias, de sus conquistas, de sus sonrisas, de sus lágrimas. De su perdón, de su olvido. De sus convicciones, de sus dudas. De su libertad y de sus ganas de aprovecharla, vivirla, disfrutarla. El resto, lo que no se posee, debería ser una mera piedra en el zapato que en el momento en que empiece a molestar podamos sacudir. Sacudirla para dejar de responsabilizarnos por su existencia y concentrarnos en la nuestra. Ver la molestia en el suelo, pequeña, insignificante... y comenzar, lentamente, a alejarnos de ella hasta que ya no podamos distinguirla del resto. No hay más ciencia, ni teorías.

viernes, 29 de mayo de 2009

Hopscotch

Toda teoría del lenguaje que sea sensata y rigurosa
demuestra que una traducción perfecta es un sueño inalcanzable.
A pesar de esto, la traducción existe.

Umberto Eco, Experiences in Translation.

I touch your mouth, I touch the edge of your mouth with my finger, I am drawing it as if it were something my hand was sketching, as if for the first time your mouth opened a little, and all I have to do is close my eyes to erase it and start all over again, every time I can make the mouth I want appear, the mouth which my hand chooses and sketches on your face, and which by some chance that I do not seek to understand coincides exactly with your mouth which smiles beneath the one my hand is sketching on you.

La segunda novela de Julio Cortázar, Rayuela, fue publicada por primera vez en 1963 y traducida al inglés por Gregory Rabassa, especialista en letras latinoamericanas nacido en Nueva York en 1922. Su traducción de Rayuela le valió el Premio Nacional del Libro en 1966. Durante el proceso de traducción, Rabassa le enviaba borradores de su traducción al autor, quien, a su vez, se los devolvía con correcciones, comentarios o preguntas.

La terea de un traductor literario es en muchos aspectos similar a la de un escritor. La diferencia radica en que el traductor no escribe sino que reescribe; no comienza de cero como el escritor sino que recrea, mediante un código lingüístico diferente, un texto que ya existe. Para hacerlo apropiadamente, deberá tener competencia lingüística en ambos idiomas y una gran habilidad para manipular la lengua a la cual traduce (de lo contrario, se verá atrapado en una jaula delimitada por sintaxis, morfología, restricciones literarias y consideraciones culturales que debilitarán, o inclusive, arruinarán el producto final).

En sus cartas a Rabassa, Cortázar deja ver su postura cautelosa y alerta a los movimientos del traductor y constantemente evalúa la calidad de su trabajo. A medida que adquiere confianza en él, el escritor cambia de actitud y se muestra con más ánimos de cooperar, siempre dispuesto a ayudar. Cortázar terminará reconociendo las habilidades del traductor y le comunicará que, como autor de la novela, está realmente satisfecho con el trabajo logrado.

Leer una obra literaria traducida no es lo mismo que leerla en el idioma original, pero una buena traducción no solamente es posible sino que también es necesaria ya que es la única manera en que los lectores pueden acceder a la literatura que emerge fuera de sus culturas.

lunes, 20 de abril de 2009

(En construcción)

El olor de tus palabras,
el sonido de tus labios,
la profundidad de tus ojos
y el silencio de tus manos.
Una melodía que atraviesa como una lanza...
clavándose inevitablemente en lo más hondo del recuerdo.
Tu, mi recuerdo.
Un tiempo que no es hoy,
tampoco ayer,
ni siquiera mañana.
Volver, dejar, partir.
Volver a partir,
volver a dejar
el silencio de tus manos,
la profundidad de tus ojos,
el sonido de tus labios,
el olor de tus palabras.
Tus, mis palabras.
Palabras de nadie, para nadie.
Nada.

domingo, 19 de abril de 2009

Sobre la fotografía

Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños, pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche. (…) El fotógrafo opera siempre como una permutación de su manera personal de ver el mundo por otra que la cámara le impone insidiosa.

jueves, 16 de abril de 2009

El ruido del paso del tiempo

"Como dijiste vos, 'no se puede parar el tiempo'… Sí se podía parar ese reloj que me estaba alterando un poquito los nervios porque cada vez que escuchaba que las bolitas hacían ¡trrrrrrrr pa pa TAC! sentía como que era un martillo, ¿no? Porque encima que uno sufre con el paso del tiempo, peor es cuando el paso del tiempo hace ruido, ¿entendés? Porque si no hiciera ruido por lo menos uno no se da cuenta del paso del tiempo, pero cuando hace ruido, sí. Es como que el relojito te está diciendo acordate de que cayó otro minuto, acordate de que cayó otro minuto… acordate de que ahora ya son cinco, ¿entendés? Y ése es el problema… que te estén recordando que el tiempo pasa... como cuando yo me miro al espejo y me veo las dos canas y me acuerdo de que ya no soy más el de antes, de que tenía un pelo morocho brillante, espectacular."

-Fragmento de una filmación de las ocurrencias de un tal Sr. Fernández.

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Lo que se aprende en la facultad...

A la hora de traducir, el cerebro es la herramienta de trabajo más importante, así que si van a consumir drogas, consúmanlas con cuidado.

lunes, 13 de abril de 2009

Desintegración abstracta de la defoliación

Recibir un llamado del mismísimo Luis Alberto Spinetta en tu casa debe ser un sueño para vos y para muchos. Salvo que ocurra un viernes a las 7 de la mañana y que Luis te diga: estoy destruido, cómo me traicionaste.

Eso me pasó en la mañana del 7 de setiembre del 87. Hace mil años, pero no sabés cómo me acuerdo. Por entonces colaboraba esporádicamente en el Suplemento Sí de Clarín con notas que se sustentaban por ser "buenas ideas realizables". Y una vez se me ocurrió que estaría bueno contar la verdadera historia de Muchacha ojos de papel. Luis me la había revelado para una entrevista radial, unos años antes, y pensé que ya era hora de dejarla escrita. Pero como era -y soy- respetuoso de las privacidades, incluso de aquellas que me han sido contadas para hacerlas públicas, antes de escribir la nota le pedí su autorización. Si me hubiera dicho que no, que de ninguna manera, no me habría sorprendido... pero me dijo que sí, y me dejó patas para arriba cuando terminó pidiéndome escribir: Si se puede, para completar tu nota quiero volver a escuchar la canción y hacerle una autopsia a la Muchacha, me dijo. ¡Claro!

En aquellos tiempos lo veía muy seguido, teníamos una relación no de amistad pero sí de mucho cariño y respeto. Recuerdo qué hermosas cosas me dijo a mediados del 86, cuando estaba por nacer mi hija Victoria, o sea cuando estaba por debutar en la paternidad.

Entonces hicimos: yo escribí la historia de la canción y él, la revisión de su obra. La tituló Muchacha ojos de papel - Desintegración abstracta de la defoliación.

El asunto es que al editor del Sí, el texto le debe haber parecido muy atravesado, raro, ininteligible y oscuro para el todo público de la publicación. Entonces metió mano y lo publicó más "digerible". Esto es, cambiado, reducido y simplificado.

Yo, un simple colaborador, me enteré de lo publicado cuando me llamó Luis, que había leído el diario a primerísima hora. Por su nota o porque se levantaba temprano en ese tiempo, quién sabe. Y tenía razón, su texto había sido tijereteado feo.

Por eso se enojó mucho. Todavía está enojado, creo. Espero que ahora se entere de que, aquella vez, yo no le saqué ni una coma: lo hizo alguien que no sé quién fue. Es más: guardo una copia del texto que me entregó para aquella nota.

La historia de su canción famosa me la contó en una entrevista radial que hice con él en el 84. No sé si otra vez habló tan claramente de esa canción suya y de esa historia que es parte de su vida privadísima.

-Hablemos de Muchacha...
-Bueno. La Muchacha de la canción era Cristina Bustamante. Mi primer gran amor. Ella vivía en el mismo edificio de Emilio y por eso la conocía de vista. A veces se juntaban los fines de semana a charlar en la puerta, pero sin pasar a ser más que conocidos. Pero una vez nos quedamos solos en la casa de Emilio, porque sus padres habían viajado, y entonces invitamos a las chicas a tomar algo, a bailar, una especie de asalto. Y ahí, por primera vez, me sentí enamorado. En realidad ya me había enamorado varias veces pero siempre habían sido amores imposibles de realizar por diferencia de edad; no sé, me enamoraba de las maestras, de las pibas más grandes y después no pasaba nada, obviamente. Yo era un inepto absoluto en ese momento. Y bueno, todos esos pequeños amores desembocaron en un gran amor que fue el de esta muchacha ojos de papel, que fue un amor correspondido. Porque también ella me quiso mucho. Fue mi primer amor, mi primer gran amor, inolvidable amor. Y me inspiró una canción.

-¿Vos tenías idea que el tema fuera a golpear tanto en la gente?
-No, porque nada de lo que uno hiciera en ese momento podía tomarse para especular en eso. Pero la canción emocionaba al que la escuchaba, pasaba eso y punto. Y cuando la estrenamos en el Coliseo, fue tan rotundo el éxito de la canción que yo mismo lloraba, no lo podía creer. Aparte, el día que la estrené, por motivo de una rencilla que habíamos tenido, en la mitad de la canción ella se retiró del Coliseo. Yo cantaba la canción y la veía que se iba por el pasillo hacia el fondo. Ese tipo de cosas bien de pubertad, de 18 años. Amor.

-No debe haber mejor halago para una mujer que su amado le dedique una canción. Y tratándose de una canción como Muchacha, no es difícil imaginar cómo se habrá sentido Cristina...
-Es cierto. Se dio vuelta. Aparte, ella la conocía de antes, yo se la había cantado para ella en forma personal. Pero cuando le arreglamos todos los coros y la estrenamos en vivos, fue tremenda la emoción que sentí. Imborrable. Yo lloraba arriba del escenario, porque sentí que toda la gente se conmocionaba con eso. Al instante. Después vino el éxito. Sentí que la canción traspasaba la gente, lo mismo que cuando estrené Plegaria o Figuración, Muchacha traspasaba la gente. Con Almendra me cansé de ver chicos y chicas llorando, de emoción o de felicidad.

-Después de aquella pelea y del Coliseo, el romance siguió.
-Sí, termina en el Blues de Cris: "Sus ojos al final olvidaré". El romance se fue deteriorando y tuve que tomar una determinación importantísima en mi vida, porque todas esas pasiones son muy intensas, y si bien uno tiene la adicción de amar, también tiene una cruz tremenda en soportar los embates de todas esas pasiones. Sobre todo cuando es muy joven y no tiene la cabeza tan fría, uno es poseído por eso y posee, y eso trae dolor cuando se desposee y se quitan los ropajes, se caen los roles y quedan los individuos solos frente a frente. Es el momento culminante para todo ser humano. Y para mí, el Blues de Cris fue como una auto-declaración de cambio de rumbo. Me fijé olvidar esa mirada, olvidar todo lo que me unía a ella, que en parte había sido, en ese último tiempo, muy doloroso. Y me dispuse a emprender otra vida, descubriendo otras mujeres, otros amores.

-¿Cristina te reprochó alguna vez que esa canción que vos le habías regalado, de golpe la hicieras pública y así permitieras que todo el mundo se adueñara de ella?
-Jamás me reprochó tal cosa. Al contrario, era feliz de que yo obtuviera un éxito a través de eso. Pero en general no quería que dijera que se trataba de ella.

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Muchas veces estuve tentado de buscar a Cristina. Una vez me contaron que vivía -o vive- en Venezuela. No sé si es cierto. En las guías telefónicas de la Argentina hay por lo menos una decena de Cristina Bustamante. Incluso leí por ahí que hay una Cristina Bustamante que desapareció en los 70: un nombre entre los 30 mil. ¿Alguna de ellas será la Muchacha de la canción? Por momentos pienso que estaría buenísimo encontrarla y que dijera que sí a una entrevista. Sería como hallar, tantos años después, a nuestra Garota de Ipanema. Y por momento creo que mejor que no. Que no hay que corporizar a esta musa de Spinetta: cada uno tiene la imagen de Muchacha y no tiene que venir alguien a ponerle ojos de verdad, piel que no es rayón y seguramente, las arrugas de los 50 y pico de años que tiene. Mejor que ella sea como uno quiso o quiere que sea. Por siempre.


Mi mayor agradecimiento a vos, que me mandaste el link a la historia.

miércoles, 8 de abril de 2009

Señor/a conductor/a:

He aquí un dato curioso acerca del guiño...

Usarlo, y en lo posible usarlo bien (el de la izquierda cuando se quiere doblar a la izquierda y el de la derecha cuando se quiere doblar a la derecha) no le hace mal a nadie. Si usted creía lo contrario, abra su billetera, busque una tijera, agarre su carnet y córtelo en pedacitos. ¡Por su bien y el de los demás seres que habitan el planeta!

Muchas gracias.

domingo, 5 de abril de 2009

Se me escapó la palabra

Salí con redes dispuesta a atrapar palabras... pero ninguna de ellas quiso ser capturada. Si yo avanzaba dos pasos, ellas se adelantaban cinco. Y así pasaron los segundos, minutos y horas de una madrugada que me impedía dormir, hasta que guardé las redes y decidí esperar a que los pensamientos decanten para que, cuando las palabras dejen de escaparse, pueda registrar casi en vivo esto que vengo sintiendo...

viernes, 3 de abril de 2009

Anochecer de un día agitado

La tensión abandonó el cuerpo y todo lo que no había tenido tiempo de sentir apareció de repente: un dolor de cabeza incesante y una pesadez provocada por el cansancio acumulado de días que le habían quitado el sueño.

jueves, 26 de marzo de 2009

La Insoportable Levedad del Ser

Séptima parte - Capítulo 2
En el mismo comienzo del Génesis está escrito que Dios creó al hombre para confiarle el dominio sobre los pájaros, los peces, los animales. Claro que el Génesis fue escrito por un hombre y no por un caballo. No hay seguridad alguna de que Dios haya confiado efectivamente al hombre el dominio de otros seres. Más bien parece que el hombre inventó a Dios para convertir en sagrado el dominio sobre la vaca y el caballo que había usurpado. Sí, el derecho a matar a un ciervo o una vaca es lo único en que la humanidad coincide fraternalmente, incluso en medio de las guerras sangrientas.

Hasta el hartazgo

Por eso se había acostado, como si el sueño pudiera interponerse y cerrar un ciclo donde algo se estaba desorganizando y moviendo de un modo que no quería concebir. Todo volvería a estar bien con la mañana. Con la mañana todo volvería a estar bien.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Lejos, no importa qué tan cerca...

Si a la distancia física le sumamos la distancia emocional, ¿qué nos queda? Lo más temido, lo más molesto: una distancia entera que corrompe hasta la más pura de las relaciones; una distancia que multiplica el tiempo de s e p a r a c i ó n y agiganta las diferencias. Andate, pero sin irte. Volvé como si nunca te hubieses ido… No te pierdas, no me pierdas, no nos perdamos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Y es que había dejado de ser lo que era en el momento en que la vida tomó todas las decisiones por ella. Tuvo que alejarse de sus sueños y esperanzas y parpadear hasta que sus ojos pudieron acostumbrarse a una nueva perspectiva. Y creyendo que no iba a ser capaz de lograrlo, se levantó un día con la certeza de que aquella sonrisa en su rostro no iba a borrársele fácilmente. Contaba con un impulso y unas ganas de vivir que no entendía pero que recibía con brazos abiertos. Y esa soledad que alguna vez la hizo sentirse intimidada e indefensa era ahora, ante sus ojos, la prueba misma del poder. Un poder que la alejaba de todo y de todos y que la elevaba hacia la libertad que siempre había desaprovechado... y al elevarse se sentía por encima de los demás; aunque en realidad sólo se percibía por encima de ella misma, dejando cualquier aire de superioridad de lado. Y es que había dejado de ser lo que era para ser doblemente lo que siempre había querido: su ego reivindicado, su personalidad intensificada, su seguridad reanimada. ¿Qué más podía pedir? Ah, sí… estabilidad.

domingo, 15 de marzo de 2009

El amuchamiento enmascara la soledad... y a veces la multiplica.

jueves, 12 de marzo de 2009

El grito de mi (in)consciencia

Mi noche empezó acompañada de ganas de escribir (deseando un poco también esa inspiración que complementa a las ganas y que rara vez ocurre en simultáneo). Un poco a modo de catarsis y un poco... no, sólo a modo de catarsis... últimamente es lo único que me impulsa a escribir. Poco tengo yo de habilidad para escribir con propósitos que van más allá del egoismo, como ser: hacer reír o dar a conocer, entre otros. Y hablo de egoismo porque en lo que a mí me concierne, la única que saca provecho de esto soy yo. A no ser, claro, que a los supuestos lectores de mis palabras les provoque algún tipo de placer ser partícipes pasivos de mis catarsis. Bueno, y ¿a qué venía todo esto? Ah, sí. A la catarsis del día de hoy. Rsulta que desde que escribí aquella pregunta que ocupó un entrada en este blog, me quedé pensando en la respuesta. Porque claro está que hubo algo que generó que la escriba en ese momento, pero también es cierto que no me pasó sólo esa vez. Y es francamente molesto.

Hay refelxiones que sólo existen para mí y que me llevan a conclusiones con las cuales me siento tranquilamente satisfecha, por decirlo de alguna manera... pero después tengo esa maldita necesidad o costumbre de hacerlas voz y... es el fin. Las reflexiones se liberan y flotan en el aire. Todo toma otra perspectiva: lo pequeño se hace gigante y se suma una opinión o dos o tres y más pensamientos se empujan entre sí para hacerse paso entre las conclusiones que quedan acorraladas, allá, entre sus propias refutaciones que las transforman en pseudo-conclusiones borrosas, inválidas y carentes de peso. Todo un sistema de autoconvencimiento se derrumba y mi vulnerabilidad está más latente que nunca: al dudar de lo que pienso, pierdo mi propia perspectiva generadora de seguridad. Maldita voz. Voz que no cumple otro propósito que el de debilitarme...

¿Quién iba a pensar que mi mayor enemigo no es más que el grito de mi (in)consciencia?


miércoles, 11 de marzo de 2009

No quiero seguir, como hasta hoy, saboreando hasta la más pequeña gota de amargura que nos dé la vida. Gozaré el presente, y el pasado siempre será el pasado. Los hombres no sufrirían tanto si, en vez de aplicar tenazmente su imaginación al constante recuerdo de sus males, procurasen hacer sosportable su presente mediocre.

martes, 3 de marzo de 2009

¿Alguna vez te pasó eso de tener algo adentro y no darte cuenta realmente hasta que pudiste decirlo en voz alta?

jueves, 26 de febrero de 2009

Antes y después


El chiquero no inspira. El desorden malpredispone. Pero el olor a pulcritud, a brisa matutina... ¡Ah! Eso sí que invita a pasar, a quedarse. Bien, resulta que hoy no estudié un carajo (hablando mal y pronto) porque cuando me preparaba para hacerlo, abrí la puerta de mi habitación (mi nuevo lugar de actividades mentales) y me encontré con un panorama para nada agradable. Entonces, un poco con la excusa de que así el incentivo para estudiar se anula y otro poco porque hay oportunidades en las que hasta lavaría los pisos con tal de no empezar a torturarme con lingüistas, acomodé. Y fue superficial, nada del otro mundo... a la limpieza profunda la reservo para cuando necesite terapia, pero fue una limpieza al fin. Ahora mi habitación huele a melón y está despejada de todo posible quilombo (me invita a pasar y a quedarme), pero en vez de estudiar, pierdo tiempo en esto. ¡Levante la mano quién sigue buscando excusas para no enfrentarse a los libros!

martes, 24 de febrero de 2009

Asegurá seguridad

Es el tiempo que marca, divide, separa, une, desangra, llora, ríe y patalea. Dejémoslo que pase entre nosotros, que nos desoriente, que nos pierda y que nos vuelva a encontrar. Que nos lave del pasado, nos ilumine el futuro y nos descubra en el presente. Que robe nuestros miedos y nos venda esperanzas. Que endurezca el corazón y seque las lágrimas. Que nos traiga tranquilidad y se nos lleve el pensamiento… que abunde la pasión. Que nunca, nunca acabe. Y si tiene que acabar, que sea justo a tiempo, para desprendernos del hoy y del ahora hasta llegar a la abstracción, a la levedad de sabernos insignificantes. Insignificantemente felices. No arruines sonrisas, Tiempo. Asegurá seguridad…

sábado, 21 de febrero de 2009

Pon mi anillo en tu cadenita

Mi búnker huele a esencia de melón y mi banda sonora es el ruido de la lluvia que golpea contra el suelo al otro lado de la ventana (eso no es bueno, es buenísimo). Y acabo de tomarme un rico café que hice con indicaciones de mi papá mientras limpiábamos la cocina y nos deshacíamos de una invasión de hormigas que ha ido incrementando en los últimos tiempos. Al café lo tomamos en la galería, después de un pollo al horno que hizo mi madre. En la galería estábamos: papá (que escuchaba un programa de radio que le dio título a esto que estoy escribiendo), mamá (que desafiaba todo juego que aparecía en el diario del sábado), hermano (que con su remera de Boca leía la parte de deportes y decía “me gusta el equipo”), inquilino (que saboreaba el café tanto como nosotros) y mis dos perras (una de las cuales se encargó de dejar impecable la taza de café que mi padre acababa de vaciar porque “todo lo que toma su amo, ella también lo tiene que probar”) Y el programa de radio en cuestión era divertido. Siempre, antes de terminar, hacen un top 5 (creo) de los peores temas. Pon mi anillo en tu cadenita de Johnny Carel se llevó el segundo puesto (pavada de título, ¿no?) y una versión de Smoke on the Water de Teto Medina (!!!) se llevó el primero (¡y BIEN merecido!) Y así concluye esta entrada… porque se acabó mi recreo y mi libertad: los libros me están esperando.

viernes, 20 de febrero de 2009

Levedad del ser

El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero no siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre el borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Into the Wild


Odio mucho las recomendaciones de películas que generan una expectativa inevitable. Expectativas que raramente se cumplen, arruinando así verdaderas obras de arte. Y dado que hay muchos factores que influyen a los sentidos cuando de ver películas se trata, es importante tener en cuenta que algo que me voló la cabeza a mí, puede disgustarte por completo a vos. Así que voy a limitarme a decir que anoche vi Into the Wild y que no podría empezar a describir lo que me provocó porque todavía estoy en el proceso de digestión cinematográfica (?), pero objetivamente puedo decir que las actuaciones son impresionantes y que el director sabía lo que hacía. Véanla, no se las recomiendo.

lunes, 16 de febrero de 2009

Cuento.

Creo que esto fue lo primero que leí de Eduardo Galeano. No, no creo, es lo primero que leí de Eduardo Galeano. Y presten atención a ese último renglón... que esconde un sentimiento tan altruista, tan compasivo; porque ya dijo Kundera que "ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos".

Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida; a veces le llevaba chocolatines o juguetes. La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinera. Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso. La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle: -Andá, decime. Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera el dolor que le tenía reservado.

Queda la música...


Pienso que hay una falta de respeto por la vida y una falta de espiritualidad tal, una falta de hermandad verdadera, que me resulta muy difícil pensar que la música no las refleje. Esa mediocridad espiritual está reflejada en una mediocridad musical, es automático y hacia eso vamos. Pero ojo, eso no significa que esté todo perdido, al contrario. ¿Quién dijo que todo está perdido?

L.A.S.

Esto lo estoy tocando mañana...

Que a un señor lo sientan en una silla en un estudio de grabación y hay un gran silencio y luego sale una voz así como de la nada, una voz que parece ya muerta... Y del otro lado habrá un día un señor que comprará el disco y lo escuchará en su casa y será un poco, también, como si él estuviera muerto cuando lo escucha. Todo es distante y diferente y parece inconciliable, y a la vez todo se da simultáneamente en este momento, que todavía no existe para mí y que es, sin embargo, el momento en que usted escucha estas palabras que yo grabé en el pasado, es decir, en un tiempo que para mí, ahora, es el futuro. Juegos de la imaginación, dirá el señor sensato que nunca falta entre los locos. Como si eso fuera a decir algo...

martes, 10 de febrero de 2009

Las verdades nacieron para coexistir.

No importa el grado de subjetividad que las caracterice. Son independientes y por lo general van acompañadas de sus dueños. Por doquier ellos las expresan y se equivocan en querer imponerlas. Una verdad no es excluyente de otra, ni mucho menos. Aquél que entiende la subjetividad de cada verdad y de cada dueño ya se ha ganado un pedacito de cielo (si es que existe) El más fuerte no es el más dominante, si no el que ayuda a los dominados a sentirse valiosos. Y antes de terminar esto, creyendo ser sólo yo la que le encuentra sentido, aclaro que no hablo de una verdad en su clásica deifinición... si no más bien de las verdades que cada uno considere cierta (valga la redundancia) de acuerdo a las experiencias y a las relaciones del día a día. Punto final.

lunes, 9 de febrero de 2009

Tres días, tres películas.

Había olvidado lo lindo que es salir del cine sola y disfrutar de esa especie de "silent period" en el cual todos los comentarios posibles a hacer sobre la película nacen y mueren en mí. Es como revivir diferentes escenas y apreciar todo desde otro punto de vista. Después de todo, no hay compañía más obsoleta que la de otra persona cuando se está al frente de una pantalla (sea grande, chica o mediana) Y porque los últimos días estuvieron colmados de cine, hete aquí una serie de pavadas que se me ocurrieron... Pueden coincidir o no; francamente, no me importa.

Shine (Claroscuro)
-No debe haber nada más feo que la opresión de un padre.
-No debe haber nada más feo que ese padre oprimido por otro padre.
-La competencia mata la diversión.
-La locura evitable es triste.
-El talento derrochado, también.

The Shining (El Resplandor)
-Es increíble el parecido de Jack Nicholson con Dennis Quaid.
-Es increíble la actuación de Jack Nicholson.
-La música de la película me taladró los oídos.
-No me hubiese molestado más dinamismo.

Annie Hall (Annie Hall)
-La "amiga" de Woody Allen que cita a Bob Dylan es la misma actriz que hace de esposa de Jack Nicholson en El Resplandor.
-La voz de Diane Keaton es impresionante.
-La escena (ver minuto 5) en la que Annie y Alvy hablan por primera vez después del partido de tenis es una de las más graciosas y bien hechas que vi en los últimos tiempos.
-La escena de Marshall McLuhan es fantástica.
-La del primer beso, también.
-Nunca pensé que iba a decir esto, pero Woody Allen llegó a parecerme mínimamente atractivo.

A falta de inspiración, buenas son las citas II

Porque anoche, en el intercambio de palabras con otro ser humano, de repente me acordé de esta parte, también de La Insoportable Levedad del Ser, que me llamó la atención entonces (si no, no me hubiese tomado el trabajo de copiarlo) y me resulta terriblemente cierto ahora.

Séptima Parte
La Sonrisa de Karenin
p.310 Capítulo 4

Es posible que todas [las] preguntas que inquieren acerca del amor, que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan, también lo destruyan antes de que pueda germinar. Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.

A falta de inspiración, buenas son las citas I

Porque es un tema recurrente en mi mente (no así en mi vida) y porque los que me conocen sabrán lo insistente y fanática que me volví con La Insoportable Levedad del Ser.

Tercera Parte
Palabras Incomprensibles
p.95 Capítulo 2

Mientras las personas son jóvenes y la composición musical de su vida está aún en sus primeros compases, pueden escribirla juntas e intercambiarse motivos, pero cuando se encuentran y son ya mayores, sus composiciones musicales están ya más o menos cerradas y cada palabra, cada objeto, significa una cosa distinta en la composición de la una y en el de la otra.

domingo, 8 de febrero de 2009

Contradicciones.

Cada promesa es una amenaza; cada pérdida, un encuentro. De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quitecita en la vitrina, si no la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.

Nunca me gustaron los conejos, pero...

(¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo… Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un paquete sumándose a los desechos.)

viernes, 6 de febrero de 2009

Otro espacio de esos.

Días atrás me enfrenté con la pregunta “¿Tienes un diario de vida?” y sin intenciones de contestarla pensé: “Un fotolog choto que me sirve de catarsis, ¿cuenta?” Y concluí que sí, que cuenta. Porque siendo yo incapaz de tener la constancia para un diario de vida, por lo menos tengo la constancia de buscar excusas para escribir, cosa que no haría de otro modo. La computadora facilita mucho las cosas y el tipeo sobrepasó en todos los sentidos al papel y a la lapicera (al menos en mi caso) Así que ahora, con ganas de renovarme, inicio un blog choto para que (también) me sirva de catarsis. Veremos qué resulta. Bienvenidos.