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lunes, 7 de febrero de 2011

Crónicas de una mañana burocrática

Hoy tuve que ir a hacer el trámite para sacar el certificado de antecedentes penales (o lo que comúnmente se conoce como “de buena conducta”) Desde ya aclaro que como todo (creo) bípedo terrestre, ODIO la burocracia. Me levanté más que temprano para llegar antes de las 7:30 (horario en que empiezan a repartir los 300 formularios del día) y ahí empezó mi mañana caótica. Llovía tímidamente y decidí que no me iba a hacer falta el paraguas (WRONG), tomé cualquier camino, por estúpida o por seguir un poco dormida (no estoy segura) y tardé mucho más de lo normal en llegar. Mientras hacía la cola, me di cuenta de que mi documento descansaba muy tranquilo en la mesada de mi casa y, tratando de no perder la calma, esperé hasta llegar a la ventanilla para ver si encontraba alguna solución. Del otro lado, el hombre era sorprendentemente simpático y se ofreció a reservarme un formulario para que yo busque el DNI y vuelva “No llegues más tarde de las 9, por favor” Schumacher un poroto al lado mío (como siempre, pensarán algunos). Volví a mi casa, que dicho sea de paso, queda en la otra punta de la ciudad, busqué el bendito documento que parecía mirarme burlón desde la mesada y emprendí el regreso, previa cargada de nafta (sí, porque encima ESO, se me había prendido la luz de reserva bien temprano a la mañana). Ya llovía con muchas más ganas y Agostina se estaba mojando de lo lindo. Volví a la ventanilla, el hombre me dio el formulario haciendo algún chiste que ya ni me acuerdo y me puse a completarlo para ir después a caja y abonar. ¿Alguien me puede explicar para qué sorcho necesitan saber mi estatura y por qué mierda te piden que escribas tu color de piel? El color de piel… posta que eso me dejó con la boca abierta, yo creo que se podría considerar como el acto más abiertamente discriminatorio. Por supuesto que ese casillero quedó en blanco (tomá, policía federal (?)) Tenía que esperar que me llamen para sacarme la foto y después para pintarme los dedos (otra cosa que no me agrada en lo absoluto). Dos horas esperé… mientras veía que la gente que había pagado después de mí pase y pase. Por estúpida (nuevamente) decidí no pararme a preguntar por qué yo seguía ahí, cuando se supone que van por orden de llegada, me pareció que había demasiada gente como para interrumpir y esperé pacientemente. HASTA que una señorita que llegó a las 11:25 se liberó a las 11:30 (yo estaba encerrada en el subsuelo de ese bendito y asqueroso lugar desde las 7:20) Ahí me levanté y resulta que mi formulario estaba ahí, que el señor me llamó un montón de veces. No, señor, no me llamó porque si no, no me estaría viendo la cara. ¿Se piensa que me encanta perder toda mi mañana en un lugar como éste? Ah, sí, es mi pasatiempo preferido. No le dije todo eso, pero algo parecido y sin el sarcasmo del final. En vez de demostrar mi profunda bronca, me largué a llorar por culpa de eso que nos vuelve estúpidas a las mujeres una vez al mes. En realidad se me hizo un nudo en la garganta y se me cayó mitad de una lágrima. Al resto las contuve porque no me gustaba la idea de convertirme en una anécdota graciosa para este policía. Me sacó la foto, me pintaron los dedos y llegó el momento en que tenía que limpiarme. Fui al baño, si es que puede llamársele baño a un cuartito de 2 x 2 con 3 bachas y ahí contemplé The Horror. Canillas abiertas, todas, con un chorrito constante. Lo primero que hice fue intentar cerrarlas. No pude. Las tres canillas abiertas. La misma cantidad de agua emanando de ellas. Los tres grifos trabados. No podía creerlo. Alguien había hecho eso adrede. Alguien había decidido muy inteligentemente que derrochar agua era lo más práctico. Claro, la gente no sabe abrir y cerrar grifos, hagamos el trabajo por ellos. Además, qué nos importa, el agua va y viene. Es una vergüenza y yo sigo sin poder creerlo. Ése es el ejemplo que da un organismo del gobierno. ¿Qué esperamos de los ciudadanos entonces? Qué pena me da la Argentina a veces. No me terminé de limpiar. Tenía partes negras todavía, pero no podía seguir siendo testigo de eso (no exagero, es muy fuerte lo que me provoca). Además quería llorar (o gritar) tranquila y necesitaba salir de ahí cuanto antes. Llovía aún más fuerte. Las gotas del cielo se confundían con las de mis ojos, afortunadamente. Me subí al auto y lloré un poco más. Después de unos minutos me sentía en calma y me alegré porque mi mañana estaba llegando a su fin.

domingo, 6 de febrero de 2011

It's an honor!

El viernes tuve el casamiento de mi profe de canto. En noviembre se casa mi mejor amiga. ¿Será señal de que la adultez se acerca? A mí me asusta el crecimiento. Bah, no me asusta, pero me genera una cierta incertidumbre que hace cosquillas. No es que esté parada en el medio de la vida sin saber qué hacer ni para dónde salir corriendo... algunos planes hay, o por lo menos esbozos de planes. A lo que quiero llegar con todo esto es a que mi mejor amiga se casa el 26 de noviembre y ¡soy su dama de honor! No, no es que se quiera hacer la yankee, es que el novio es estadounidense y bueno, en toda unión intercultural tiene que haber adaptaciones. El único problema es que voy a caminar del brazo de otro hombre hasta el altar. Novio, no te pongas celoso, sabés que con la única persona que quiero llegar al altar es con mi papá y para que me entregue a vos (soy lo más cursi que viene en persona). En fin, soy dama de honor. Dama de honor. Y, ¿qué quieren que les diga? a mí se me infla el pecho de orgullo. Lagrimeo de emoción cada vez que lo cuento. ¿Cómo se sentirá estar vestida igual a otras 4 personas y que sea a propósito?

lunes, 10 de enero de 2011

Doctor, doctor.

Necesito que alguien me explique mi condición: Estoy harta de la música. Yo, que no iba ni al baño sin alguna melodía de fondo. Ahora me da lo mismo. ¡Me da lo mismo! y hasta, a veces, me molesta. No tengo más esos antojos que solía tener. Me di cuenta de que la situación era peor de lo que pensaba porque tengo un viaje de 40 horas (en colectivo) por delante. Lo primero que hice fue poner 3 libros en mi cartera, pero después pensé que no me vendría mal revivir el mp3. El pobre es viejito, nunca tuve ganas de renovarme. De pedo le entran 80 temas, pero peor es nada, ¿no? La cuestión es que cuando buscaba entre mi música con qué podía alimentarlo, nada me llamaba. Antes, cuando hacía lo mismo, me quedaban 38490 temas afuera y editaba la lista 5 veces hasta que quedara fantástica. Hoy no me importó. El típico cartel me avisaba que estaba lleno y ahí estaba yo, entre las opciones "Reintentar" o "Cancelar". Apreté "Cancelar" y a otra cosa mariposa... Es grave. Es muy grave. Me siento mal. Quiero cura urgente.

lunes, 19 de julio de 2010

Ineptitud elevada a la enésima potencia

El sistema pedorro de mi facultad ahora funciona. Recibí un mail que explicaba que oh, durante las vacaciones hubo un apagón, que la facultad estaba vacía por razones obvias y que entonces oh, no había nadie para solucionar el problema. Total, ¿qué importa que 50 infelices no puedan rendir un final hoy? ¿Qué es un final en la vida de un estudiante universitario? Nada, quédense tranquilos. Váyanse de vacaciones y dejen la facultad a merced de todos los problemas posibles. No pierdan un minuto de su tiempo de ocio en averiguar si las cosas están bien a pesar de su ausencia. Nooooo. Mirá si van a sentir responsabilidad hacia el trabajo por el que les pagan.

Ineptos.

martes, 27 de abril de 2010

¿Para qué sirve tu vida?

sábado, 30 de enero de 2010

¡EPEC y la punta que te partió!

Mientras mi padre se entona con Sabina, yo me recluto en mi habitación. Todavía no logro despegarme del mal humor que emepzó anoche a las 11, cuando mi casa quedó a oscuras por tercera vez en el día. No es tarea fácil conciliar el sueño cuando las gotas de sudor te hacen cosquillas en el cuello, cuando ni siquiera podés apoyar la cabeza en la almohada porque te da calor y cuando, consecuentemente, comenzás a sufrir de tortícolis por las extrañas posiciones que lográs inventar para estar en contacto con la sábana lo menos posible. Sin ventilador y con 40° no se puede dormir y así fue como terminé en la hamaca paraguaya de afuera, a la luz de la luna y las estrellas, disfrutando de la brisa fresca que jugaba con mi pelo y me hacía cosquillas en la cara. Aún así me ca(r)go en este pu(n)to calor y en los cortes de luz de miér*coles (y de lunes, martes, jueves y viernes)
Cortes programados, ¡¡¡LAS PELOTAS!!!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Afiche


Un aplauso a la inciativa y originalidad de este chico. Jamás se me hubiese ocurrido hacer una cosa así...


¡Gracias, "Thomas"!

Y gracias a Ana, que me lo hizo conocer (Y no, Ana, no podía ser menos, ¡yo quería uno!)

lunes, 30 de noviembre de 2009

¡Felisa, me muero!

No pregunten por qué, pero desde que tengo uso de razón (y memoria) mi familia acostumbró a festejar la llegada de los años nuevos con una tradición, me explicaron, española: comer 12 uvas antes de que el reloj marque las 00:00. Mi abuela hace sonar una pequeña campana y tras oír el ruido, uno tiene que comenzar a desmenuzar el fruto redondo a la vez que pronuncia en su cabeza el deseo número 1, luego el 2, luego el 3, y así sucesivamente. Hoy, en uno de esos tantos momentos en que el mundo se congela para mi mente, que sólo puede prestarle atención a lo que piensa, llenaron mi cabeza un sinnúmero de deseos que deseo (valga la redundancia) para el 2010. Y me pregunté si una docena de uvas me alcanzarían. Nunca fui organizada para el tema de la ingestión, seguida del pedido, y suelo tener que apurarme para alcanzar al resto, escapándoseme así, algún que otro deseo. Es por eso que hoy decidí hacer lo que nunca hice hasta ahora: confeccionar una lista para que nada quede afuera (o al menos no lo más importante). Claro que la lista no va a ser pública porque, de serlo, los deseos no se cumplirían... y lo pienso yo, que soy lo menos supersticiosa que viene en cuerpo humano.

Me salió el tiro por la culata

Resulta que hoy, después de despotricar en contra de la computadora que me tiene harta con sus ya-no-tan atrapantes vicios, como ser Messenger, Facebook, y (en menorsísima medida) el Blog, llegó un momento del día en que tuve que hacer tiempo y me vi atrapada por lo que fue motivo de mis quejas horas más temprano. "Es tan lindo desenchufarte y dejar de estar pendiente de la computadora" (sic). Pero es que mi madre chocó a un perro por segunda vez en tres meses (aproximadamente) y tuve que ir en su rescate para evitar que gaste una fortuna en taxi. Tristemente, pero para nuestro alivio, los objetos de sus karmas van disminuyendo en tamaño (considerablemente): un tiempo fueron taxis, luego motos y, hoy, son perros. El primer perro que chocó fue a dar con su capot, después de que un auto se lo llevara bien puesto. (Lo que es estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, ¿no?). En el caso del segundo, la historia fue al revés. Pobre, ¿qué sabía él (digo "él", pero en realidad no sé de qué sexo era y digo "era" porque por las descripciones que dio mi progenitora, estoy 99,9% segura de que no se salvó) que la circunvalación es peligrosa y que los autos suelen alcanzar velocidades de hasta 200 kph? (Claro que mi madre no superaba los 110, como buena acatadora de reglas de tránsito que es). En fin, ¿en qué estaba? Ah, sí (me fui un poquito por las ramas). Decía que tuve que hacer tiempo para ir a rescatar a mi madre en el momento en que ella así me lo ordenara. Y hasta entonces, decidí divagar por blogs. Encontré cosas muy interesantes que me mantuvieron despierta hasta las 2 de la mañana (todas ellas aparecen en mi "Jardín de gente"). Recomiendo que pasen y vean. He aquí dos adelantos: The Power of a Good Story (Apto para todo público. Es decir, entendedores y no entendedores del inglés) y Messenger (También APT).

Sí, es ciero. El formato texto es más común en los blogs, pero éstos videos son dignos de ser compartidos. Y por supuesto que también encontré textos de lo más ingeniosos, pero no tengo ganas de seleccionar ejemplos. En fin, ahora debería ir a dormir. Mañana voy a invocar un diluvio* y para eso, necesito estar descansada.


*Entiendasé por "invocar un diluvio" "acomodar mi habitación".

Buenas madrugadas.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cuatro-ojos regresa

Casualmente, el mismísimo día de la visión*, un oculista me prohibió el uso de lentes de contacto. Dice que tengo un principio de úlcera (como si eso fuera grave, pffff). Grave es no ver. Grave es tener que volver a los culo de botella que me torturaron durante 9 años de mi vida. Grave es que todavía me falten dos años para que arreglen mi falla de nacimiento.


Nótese la ironía encerrada entre paréntesis


*Según una radio que escuché esta mañana camino a la facultad; otras fuentes dicen que es el 11 (?)

viernes, 25 de septiembre de 2009

En casa nos decimos agnósticos

Hermana: Ma, viste que yo me había santificado, ¿no?
Madre: Sí.
Hermana: Pero me acordé de que ayer lo insulté a Manu.
Madre: ¡Aaaah, pero lo tenía bien merecido! Yo te absuelvo, hijita. Ni reces el Padre Nuestro.

martes, 8 de septiembre de 2009

Monday, Bloody Monday

Mi lunes fue una cachetada que gráfica y dolorosamente expresó "tu fin de semana se acabó". La facultad me recibió con una interesante clase de Lingüística de la que no entendí ni J y puso en evidencia mi gran necesidad de ponerme al día con la lectura del aburrido manual (lectura que no podrá ser efectuada hasta que termine con un bendito trabajo que tengo que entregar el viernes). Salí de la facultad sintiendo esa pesadez de las obligaciones varias que me esperaban al llegar a mi casa y cuando subí al auto recién bombardeado por desechos de un pájaro (o dos) con aparentes problemas intestinales, supe que a mis obligaciones se le sumaba ahora el tener que deshacerme de esas manchas que arruinaban la pulcritud del vehículo. Sí, ya sé, ¿cuánto puede llevarte limpiar eso? No es para tanto. Y no, no fue para tanto, pero tampoco fue fácil porque esos adorables animales se encargaron de que sus necesidades caigan decorativamente, abarcando la mayor cantidad de superficie posible. Y no quiero causarles repulsión, pero había partes terriblemente adheridas y otras terriblemente frescas (¿se entiende?). Cuestión que cuando había dado por concluída mi tarea, volví a prestarle especial atención a algo que parecía suciedad, pero en realidad era la pintura saltada, como si alguien le hubiese dado golpecitos al espejo retrovisor con un elemento punzante repetidas veces. Antes de entrar en cólera por buscar posibles culpables, me metí adentro y me puse a preparar el almuerzo. Entonces recibo un llamado de mi madre que necesitaba que fuera a buscar a su amiga a no-sé-dónde (en realidad sí sé, pero no tengo ganas de explicarlo) porque no entraba en el auto de ella. Comí lo más rápido que pude porque, a pesar de no estar para nada contenta de tener que salir de mi casa y perder tiempo en la ida y vuelta, odio hacer esperar a la gente (así como odio que me hagan esperar a mí, sobre todo cuando tengo cosas que hacer) Llegué al lugar indicado por mi madre dos minutos antes de lo previsto. Puse balizas, apagué el motor, me llené de paciencia y volví a encender la radio que me mostró el cartelito "on 20 min". Pasaron 5 minutos y nada... Pensé en llamar a mi madre, pero me dije a mí misma que no podía ser tan impaciente. 3 minutos después:
M.: ¿Ya saliste de casa?
Yo: Sí, mamá, ya estoy acá.
M.: ¡Ay! Mi amiga no fue al colegio, al final no viene.
Silencio.
M.: Volvete.
Yo: Sí.
Jamás contesté tan cortantemente. Me hubiese encantado que mi madre vea mi cara, pero escucharla con esa voz de "perdón hija, no me odies" hizo que no le grite con todas mis fuerzas. Volví a mi casa con una bronca que ni contar hasta un millón podía apaciguar y resignada a la idea de que mi lunes no iba a mejorar... Y no mejoró, pero afortunadamente, tampoco empeoró.

lunes, 31 de agosto de 2009

Madre al teléfono

-Hola, ¿está Jesús?

Y se me ocurrió un sinfín de respuestas en cuestión de microsegundos.
Debería existir una Oficina Aprobadora de Nombres por la cual todos los padres tengan la obligación de pasar antes de anotar a sus hijos.

sábado, 29 de agosto de 2009

Música de arriba

Nunca había ganado nada.
Hasta hoy.
Hoy, un cartel con su nombre la esperaba a la salida de un espectáculo.
Un cartel y una bolsita con dos CDs de Atahualpa Yupanqui...

...que piensa ir a cambiar dentro de los próximos 15 días.

Ni dos dedos de frente

No hace falta ser un Einstein para darse cuenta de que
tirar un cigarrillo prendido (!)
por la ventanilla de un auto
a la ruta
un día como hoy
no está bueno.

lunes, 10 de agosto de 2009

ERROR

Estos caracteres no están permitidos en la etiqueta de la entrada: !.



No, no estoy al pedo, sólo te parece. ¿Quién quiere dormir cuando es la 1:10 y mañana tiene que levantarse a las 7:30 más tardar? Mejor es perder tiempo en este tipo de cosas que mucho aportan al mundo del ciberespacio.
Justo hoy buscamos la definición de sarcasmo. Hete aquí un claro ejemplo.

Elakjsdklsajfdhf

Y es que ni la memoria, ni la inspiración, ni el contenido de mis pensamientos es lo suficientemente sustancial, válido o explicable como para hacerlo aparecer, a pesar de mis terribles ganas de que eso suceda. No puedo. Y es un "no puedo" tan paradójico que no soy yo la que está detrás de estas palabras, pero es que de verdad siento que no puedo escribir. Que nada se acomoda como para dejarlo plasmado. Que escribo para después borrar, que borro para volver a escribir y que volver a escribir resulta en lo absurdo. Siento un bloqueo físico, una especie de tensión que me paraliza el impulso a conectar palabras entre sí con un sentido lógico para quien las lea. Esto es puro bla bla. La nada misma. Un mero corcho que tal vez esté tapando lo que tapa (valga la tautología). En fin, fin.