Si a la distancia física le sumamos la distancia emocional, ¿qué nos queda? Lo más temido, lo más molesto: una distancia entera que corrompe hasta la más pura de las relaciones; una distancia que multiplica el tiempo de s e p a r a c i ó n y agiganta las diferencias. Andate, pero sin irte. Volvé como si nunca te hubieses ido… No te pierdas, no me pierdas, no nos perdamos.
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