Si tuviera que expresar lo que siento, debería hacer click en "publicar entrada" con este cuadradito tal cual estaba cuando me dispuse a subir algo. Bueno, no, no es vacío lo que siento. Es absoluta impotencia, en realidad. Es necesidad de hacer un viaje retrospectivo y realmente descubrir qué está pasando ahí adentro.
domingo, 5 de junio de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
Las cosas que hay que oír
No, no hay peor enemigo que aquel que tiene uno metido en la cabeza y que no para de anunciar subjetividades. No, nena, nadie está en contra tuya; vos estás en contra de vos misma. No, nena, nadie te deja afuera; vos te estás dejando afuera sola.
lunes, 7 de febrero de 2011
Crónicas de una mañana burocrática
Hoy tuve que ir a hacer el trámite para sacar el certificado de antecedentes penales (o lo que comúnmente se conoce como “de buena conducta”) Desde ya aclaro que como todo (creo) bípedo terrestre, ODIO la burocracia. Me levanté más que temprano para llegar antes de las 7:30 (horario en que empiezan a repartir los 300 formularios del día) y ahí empezó mi mañana caótica. Llovía tímidamente y decidí que no me iba a hacer falta el paraguas (WRONG), tomé cualquier camino, por estúpida o por seguir un poco dormida (no estoy segura) y tardé mucho más de lo normal en llegar. Mientras hacía la cola, me di cuenta de que mi documento descansaba muy tranquilo en la mesada de mi casa y, tratando de no perder la calma, esperé hasta llegar a la ventanilla para ver si encontraba alguna solución. Del otro lado, el hombre era sorprendentemente simpático y se ofreció a reservarme un formulario para que yo busque el DNI y vuelva “No llegues más tarde de las 9, por favor” Schumacher un poroto al lado mío (como siempre, pensarán algunos). Volví a mi casa, que dicho sea de paso, queda en la otra punta de la ciudad, busqué el bendito documento que parecía mirarme burlón desde la mesada y emprendí el regreso, previa cargada de nafta (sí, porque encima ESO, se me había prendido la luz de reserva bien temprano a la mañana). Ya llovía con muchas más ganas y Agostina se estaba mojando de lo lindo. Volví a la ventanilla, el hombre me dio el formulario haciendo algún chiste que ya ni me acuerdo y me puse a completarlo para ir después a caja y abonar. ¿Alguien me puede explicar para qué sorcho necesitan saber mi estatura y por qué mierda te piden que escribas tu color de piel? El color de piel… posta que eso me dejó con la boca abierta, yo creo que se podría considerar como el acto más abiertamente discriminatorio. Por supuesto que ese casillero quedó en blanco (tomá, policía federal (?)) Tenía que esperar que me llamen para sacarme la foto y después para pintarme los dedos (otra cosa que no me agrada en lo absoluto). Dos horas esperé… mientras veía que la gente que había pagado después de mí pase y pase. Por estúpida (nuevamente) decidí no pararme a preguntar por qué yo seguía ahí, cuando se supone que van por orden de llegada, me pareció que había demasiada gente como para interrumpir y esperé pacientemente. HASTA que una señorita que llegó a las 11:25 se liberó a las 11:30 (yo estaba encerrada en el subsuelo de ese bendito y asqueroso lugar desde las 7:20) Ahí me levanté y resulta que mi formulario estaba ahí, que el señor me llamó un montón de veces. No, señor, no me llamó porque si no, no me estaría viendo la cara. ¿Se piensa que me encanta perder toda mi mañana en un lugar como éste? Ah, sí, es mi pasatiempo preferido. No le dije todo eso, pero algo parecido y sin el sarcasmo del final. En vez de demostrar mi profunda bronca, me largué a llorar por culpa de eso que nos vuelve estúpidas a las mujeres una vez al mes. En realidad se me hizo un nudo en la garganta y se me cayó mitad de una lágrima. Al resto las contuve porque no me gustaba la idea de convertirme en una anécdota graciosa para este policía. Me sacó la foto, me pintaron los dedos y llegó el momento en que tenía que limpiarme. Fui al baño, si es que puede llamársele baño a un cuartito de 2 x 2 con 3 bachas y ahí contemplé The Horror. Canillas abiertas, todas, con un chorrito constante. Lo primero que hice fue intentar cerrarlas. No pude. Las tres canillas abiertas. La misma cantidad de agua emanando de ellas. Los tres grifos trabados. No podía creerlo. Alguien había hecho eso adrede. Alguien había decidido muy inteligentemente que derrochar agua era lo más práctico. Claro, la gente no sabe abrir y cerrar grifos, hagamos el trabajo por ellos. Además, qué nos importa, el agua va y viene. Es una vergüenza y yo sigo sin poder creerlo. Ése es el ejemplo que da un organismo del gobierno. ¿Qué esperamos de los ciudadanos entonces? Qué pena me da la Argentina a veces. No me terminé de limpiar. Tenía partes negras todavía, pero no podía seguir siendo testigo de eso (no exagero, es muy fuerte lo que me provoca). Además quería llorar (o gritar) tranquila y necesitaba salir de ahí cuanto antes. Llovía aún más fuerte. Las gotas del cielo se confundían con las de mis ojos, afortunadamente. Me subí al auto y lloré un poco más. Después de unos minutos me sentía en calma y me alegré porque mi mañana estaba llegando a su fin.
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domingo, 6 de febrero de 2011
It's an honor!
El viernes tuve el casamiento de mi profe de canto. En noviembre se casa mi mejor amiga. ¿Será señal de que la adultez se acerca? A mí me asusta el crecimiento. Bah, no me asusta, pero me genera una cierta incertidumbre que hace cosquillas. No es que esté parada en el medio de la vida sin saber qué hacer ni para dónde salir corriendo... algunos planes hay, o por lo menos esbozos de planes. A lo que quiero llegar con todo esto es a que mi mejor amiga se casa el 26 de noviembre y ¡soy su dama de honor! No, no es que se quiera hacer la yankee, es que el novio es estadounidense y bueno, en toda unión intercultural tiene que haber adaptaciones. El único problema es que voy a caminar del brazo de otro hombre hasta el altar. Novio, no te pongas celoso, sabés que con la única persona que quiero llegar al altar es con mi papá y para que me entregue a vos (soy lo más cursi que viene en persona). En fin, soy dama de honor. Dama de honor. Y, ¿qué quieren que les diga? a mí se me infla el pecho de orgullo. Lagrimeo de emoción cada vez que lo cuento. ¿Cómo se sentirá estar vestida igual a otras 4 personas y que sea a propósito?
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martes, 11 de enero de 2011
lunes, 10 de enero de 2011
El calafate es un fruto.
En diez horas y media y, si todo sale bien, voy a estar acomodándome en el asiento de un colectivo con destino a El Calafate (mentira, el destino es Río Gallegos, pero eso es porque no hay directos desde Cba.), pero el detino final, final sí es El Calafate. Hoy me enteré de que el nombre del lugar viene de un fruto que pienso probar en cuanto pise suelo santacruceño (?) Aparentemente viene acompañado de la creencia de que si comés el fruto, vas a volver a la Patagoña o te vas a quedar ahí (Ahora: volver, sí; quedarme, ni en pedo. Tengo un muy buen novio que no me atrevería a cambiar por un paisaje de puta madre y un clima más fresco) Hoy vino un amigo a traerme un libro con imágenes de lo que voy a conocer a partir del jueves y ahí salía ese tipo de información. Me dijo que le salió 100 dólares. Yo no podía creer que alguien pueda gastar tanta plata en un libro de fotos que pudo haber sacado perfectamente él mismo (bueno, no es lo mismo, pero para mí sí; lo que no sale en la imagen por no tener la habilidad o la gran cámara, queda en la retina) Resulta que mi amigo me recomendó no dormir esta noche así estoy lo suficientemente cansada como para dormir en el colectivo. Empecé a hacerle caso hasta que hablé con mi novio y me hizo notar lo que yo obvié: si salgo a las 13:30 pm voy a dormir todo el día y a la noche voy a tener los ojos como el dos de oro. Soy re viva. Ahora ya está, son las 3:01 am y sigo acá. Mañana me tengo que levantar temprano para terminar con los preparativos; odio el fin de los comienzos de los viajes. Divino trayecto me espera. Colectivo, ten piedad.
Doctor, doctor.
Necesito que alguien me explique mi condición: Estoy harta de la música. Yo, que no iba ni al baño sin alguna melodía de fondo. Ahora me da lo mismo. ¡Me da lo mismo! y hasta, a veces, me molesta. No tengo más esos antojos que solía tener. Me di cuenta de que la situación era peor de lo que pensaba porque tengo un viaje de 40 horas (en colectivo) por delante. Lo primero que hice fue poner 3 libros en mi cartera, pero después pensé que no me vendría mal revivir el mp3. El pobre es viejito, nunca tuve ganas de renovarme. De pedo le entran 80 temas, pero peor es nada, ¿no? La cuestión es que cuando buscaba entre mi música con qué podía alimentarlo, nada me llamaba. Antes, cuando hacía lo mismo, me quedaban 38490 temas afuera y editaba la lista 5 veces hasta que quedara fantástica. Hoy no me importó. El típico cartel me avisaba que estaba lleno y ahí estaba yo, entre las opciones "Reintentar" o "Cancelar". Apreté "Cancelar" y a otra cosa mariposa... Es grave. Es muy grave. Me siento mal. Quiero cura urgente.
sábado, 8 de enero de 2011
Hereafter
Desde hace unos días, los cordobeses tenemos la dicha de contar con otro cine en la ciudad. Alguien nos había conseguido 2x1 así que mis padres y yo teníamos la excusa perfecta para ir a conocerlo y, de paso, repetir una costumbre de sábados que se fue apagando con el tiempo: la de poder disfrutar de una película a la mañana, cuando no hay gente, y almorzar después en algún lugar de algún patio de comidas. Por supuesto que cuando estábamos a más de la mitad del camino, nos dimos cuenta de que habíamos dejado el 2x1 en el desayunador de casa, pero eso no nos hizo volver. Muy simpático el cine, muy prolijo y, lo que es mejor, muy vacío (nadie va a ver una película a las 11.45 de la mañana de un sábado) Parecía un derroche de energía tener una película marchando sólo para nosotros tres, pero ¿qué importa? Es la segunda vez que me pasa (La primera fue cuando vi una película francesa con una amiga de mi madre que se llama Hay un tonto en mi casa... y la sala para nosotras dos) Volviendo a la de hoy, una vez más, Clint demostró que sabe hacer películas. Y, curiosamente, el hereafter es un tema que me viene dando vueltas en la cabeza desde hace rato.
A veces está bueno esto de ser hija única.
A veces está bueno esto de ser hija única.
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