El chiquero no inspira. El desorden malpredispone. Pero el olor a pulcritud, a brisa matutina... ¡Ah! Eso sí que invita a pasar, a quedarse. Bien, resulta que hoy no estudié un carajo (hablando mal y pronto) porque cuando me preparaba para hacerlo, abrí la puerta de mi habitación (mi nuevo lugar de actividades mentales) y me encontré con un panorama para nada agradable. Entonces, un poco con la excusa de que así el incentivo para estudiar se anula y otro poco porque hay oportunidades en las que hasta lavaría los pisos con tal de no empezar a torturarme con lingüistas, acomodé. Y fue superficial, nada del otro mundo... a la limpieza profunda la reservo para cuando necesite terapia, pero fue una limpieza al fin. Ahora mi habitación huele a melón y está despejada de todo posible quilombo (me invita a pasar y a quedarme), pero en vez de estudiar, pierdo tiempo en esto. ¡Levante la mano quién sigue buscando excusas para no enfrentarse a los libros!
jueves, 26 de febrero de 2009
martes, 24 de febrero de 2009
Asegurá seguridad
Es el tiempo que marca, divide, separa, une, desangra, llora, ríe y patalea. Dejémoslo que pase entre nosotros, que nos desoriente, que nos pierda y que nos vuelva a encontrar. Que nos lave del pasado, nos ilumine el futuro y nos descubra en el presente. Que robe nuestros miedos y nos venda esperanzas. Que endurezca el corazón y seque las lágrimas. Que nos traiga tranquilidad y se nos lleve el pensamiento… que abunde la pasión. Que nunca, nunca acabe. Y si tiene que acabar, que sea justo a tiempo, para desprendernos del hoy y del ahora hasta llegar a la abstracción, a la levedad de sabernos insignificantes. Insignificantemente felices. No arruines sonrisas, Tiempo. Asegurá seguridad…
sábado, 21 de febrero de 2009
Pon mi anillo en tu cadenita
Mi búnker huele a esencia de melón y mi banda sonora es el ruido de la lluvia que golpea contra el suelo al otro lado de la ventana (eso no es bueno, es buenísimo). Y acabo de tomarme un rico café que hice con indicaciones de mi papá mientras limpiábamos la cocina y nos deshacíamos de una invasión de hormigas que ha ido incrementando en los últimos tiempos. Al café lo tomamos en la galería, después de un pollo al horno que hizo mi madre. En la galería estábamos: papá (que escuchaba un programa de radio que le dio título a esto que estoy escribiendo), mamá (que desafiaba todo juego que aparecía en el diario del sábado), hermano (que con su remera de Boca leía la parte de deportes y decía “me gusta el equipo”), inquilino (que saboreaba el café tanto como nosotros) y mis dos perras (una de las cuales se encargó de dejar impecable la taza de café que mi padre acababa de vaciar porque “todo lo que toma su amo, ella también lo tiene que probar”) Y el programa de radio en cuestión era divertido. Siempre, antes de terminar, hacen un top 5 (creo) de los peores temas. Pon mi anillo en tu cadenita de Johnny Carel se llevó el segundo puesto (pavada de título, ¿no?) y una versión de Smoke on the Water de Teto Medina (!!!) se llevó el primero (¡y BIEN merecido!) Y así concluye esta entrada… porque se acabó mi recreo y mi libertad: los libros me están esperando.
viernes, 20 de febrero de 2009
Levedad del ser
El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero no siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre el borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Into the Wild
Odio mucho las recomendaciones de películas que generan una expectativa inevitable. Expectativas que raramente se cumplen, arruinando así verdaderas obras de arte. Y dado que hay muchos factores que influyen a los sentidos cuando de ver películas se trata, es importante tener en cuenta que algo que me voló la cabeza a mí, puede disgustarte por completo a vos. Así que voy a limitarme a decir que anoche vi Into the Wild y que no podría empezar a describir lo que me provocó porque todavía estoy en el proceso de digestión cinematográfica (?), pero objetivamente puedo decir que las actuaciones son impresionantes y que el director sabía lo que hacía. Véanla, no se las recomiendo.
lunes, 16 de febrero de 2009
Cuento.
Creo que esto fue lo primero que leí de Eduardo Galeano. No, no creo, es lo primero que leí de Eduardo Galeano. Y presten atención a ese último renglón... que esconde un sentimiento tan altruista, tan compasivo; porque ya dijo Kundera que "ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos".
Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida; a veces le llevaba chocolatines o juguetes. La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinera. Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso. La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle: -Andá, decime. Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera el dolor que le tenía reservado.
Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida; a veces le llevaba chocolatines o juguetes. La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinera. Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso. La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle: -Andá, decime. Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera el dolor que le tenía reservado.
Queda la música...
Pienso que hay una falta de respeto por la vida y una falta de espiritualidad tal, una falta de hermandad verdadera, que me resulta muy difícil pensar que la música no las refleje. Esa mediocridad espiritual está reflejada en una mediocridad musical, es automático y hacia eso vamos. Pero ojo, eso no significa que esté todo perdido, al contrario. ¿Quién dijo que todo está perdido?
L.A.S.
Esto lo estoy tocando mañana...
Que a un señor lo sientan en una silla en un estudio de grabación y hay un gran silencio y luego sale una voz así como de la nada, una voz que parece ya muerta... Y del otro lado habrá un día un señor que comprará el disco y lo escuchará en su casa y será un poco, también, como si él estuviera muerto cuando lo escucha. Todo es distante y diferente y parece inconciliable, y a la vez todo se da simultáneamente en este momento, que todavía no existe para mí y que es, sin embargo, el momento en que usted escucha estas palabras que yo grabé en el pasado, es decir, en un tiempo que para mí, ahora, es el futuro. Juegos de la imaginación, dirá el señor sensato que nunca falta entre los locos. Como si eso fuera a decir algo...
martes, 10 de febrero de 2009
Las verdades nacieron para coexistir.
No importa el grado de subjetividad que las caracterice. Son independientes y por lo general van acompañadas de sus dueños. Por doquier ellos las expresan y se equivocan en querer imponerlas. Una verdad no es excluyente de otra, ni mucho menos. Aquél que entiende la subjetividad de cada verdad y de cada dueño ya se ha ganado un pedacito de cielo (si es que existe) El más fuerte no es el más dominante, si no el que ayuda a los dominados a sentirse valiosos. Y antes de terminar esto, creyendo ser sólo yo la que le encuentra sentido, aclaro que no hablo de una verdad en su clásica deifinición... si no más bien de las verdades que cada uno considere cierta (valga la redundancia) de acuerdo a las experiencias y a las relaciones del día a día. Punto final.
lunes, 9 de febrero de 2009
Tres días, tres películas.
Había olvidado lo lindo que es salir del cine sola y disfrutar de esa especie de "silent period" en el cual todos los comentarios posibles a hacer sobre la película nacen y mueren en mí. Es como revivir diferentes escenas y apreciar todo desde otro punto de vista. Después de todo, no hay compañía más obsoleta que la de otra persona cuando se está al frente de una pantalla (sea grande, chica o mediana) Y porque los últimos días estuvieron colmados de cine, hete aquí una serie de pavadas que se me ocurrieron... Pueden coincidir o no; francamente, no me importa.
Shine (Claroscuro)
-No debe haber nada más feo que la opresión de un padre.
-No debe haber nada más feo que ese padre oprimido por otro padre.
-La competencia mata la diversión.
-La locura evitable es triste.
-El talento derrochado, también.
The Shining (El Resplandor)
-Es increíble el parecido de Jack Nicholson con Dennis Quaid.
-Es increíble la actuación de Jack Nicholson.
-La música de la película me taladró los oídos.
-No me hubiese molestado más dinamismo.
Annie Hall (Annie Hall)
-La "amiga" de Woody Allen que cita a Bob Dylan es la misma actriz que hace de esposa de Jack Nicholson en El Resplandor.
-La voz de Diane Keaton es impresionante.
-La escena (ver minuto 5) en la que Annie y Alvy hablan por primera vez después del partido de tenis es una de las más graciosas y bien hechas que vi en los últimos tiempos.
-La escena de Marshall McLuhan es fantástica.
-La del primer beso, también.
-Nunca pensé que iba a decir esto, pero Woody Allen llegó a parecerme mínimamente atractivo.
Shine (Claroscuro)
-No debe haber nada más feo que la opresión de un padre.
-No debe haber nada más feo que ese padre oprimido por otro padre.
-La competencia mata la diversión.
-La locura evitable es triste.
-El talento derrochado, también.
The Shining (El Resplandor)
-Es increíble el parecido de Jack Nicholson con Dennis Quaid.
-Es increíble la actuación de Jack Nicholson.
-La música de la película me taladró los oídos.
-No me hubiese molestado más dinamismo.
Annie Hall (Annie Hall)
-La "amiga" de Woody Allen que cita a Bob Dylan es la misma actriz que hace de esposa de Jack Nicholson en El Resplandor.
-La voz de Diane Keaton es impresionante.
-La escena (ver minuto 5) en la que Annie y Alvy hablan por primera vez después del partido de tenis es una de las más graciosas y bien hechas que vi en los últimos tiempos.
-La escena de Marshall McLuhan es fantástica.
-La del primer beso, también.
-Nunca pensé que iba a decir esto, pero Woody Allen llegó a parecerme mínimamente atractivo.
A falta de inspiración, buenas son las citas II
Porque anoche, en el intercambio de palabras con otro ser humano, de repente me acordé de esta parte, también de La Insoportable Levedad del Ser, que me llamó la atención entonces (si no, no me hubiese tomado el trabajo de copiarlo) y me resulta terriblemente cierto ahora.
Séptima Parte
La Sonrisa de Karenin
p.310 Capítulo 4
Es posible que todas [las] preguntas que inquieren acerca del amor, que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan, también lo destruyan antes de que pueda germinar. Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.
Séptima Parte
La Sonrisa de Karenin
p.310 Capítulo 4
Es posible que todas [las] preguntas que inquieren acerca del amor, que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan, también lo destruyan antes de que pueda germinar. Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.
A falta de inspiración, buenas son las citas I
Porque es un tema recurrente en mi mente (no así en mi vida) y porque los que me conocen sabrán lo insistente y fanática que me volví con La Insoportable Levedad del Ser.
Tercera Parte
Palabras Incomprensibles
p.95 Capítulo 2
Mientras las personas son jóvenes y la composición musical de su vida está aún en sus primeros compases, pueden escribirla juntas e intercambiarse motivos, pero cuando se encuentran y son ya mayores, sus composiciones musicales están ya más o menos cerradas y cada palabra, cada objeto, significa una cosa distinta en la composición de la una y en el de la otra.
Tercera Parte
Palabras Incomprensibles
p.95 Capítulo 2
Mientras las personas son jóvenes y la composición musical de su vida está aún en sus primeros compases, pueden escribirla juntas e intercambiarse motivos, pero cuando se encuentran y son ya mayores, sus composiciones musicales están ya más o menos cerradas y cada palabra, cada objeto, significa una cosa distinta en la composición de la una y en el de la otra.
domingo, 8 de febrero de 2009
Contradicciones.
Cada promesa es una amenaza; cada pérdida, un encuentro. De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quitecita en la vitrina, si no la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quitecita en la vitrina, si no la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.
Nunca me gustaron los conejos, pero...
(¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo… Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un paquete sumándose a los desechos.)
viernes, 6 de febrero de 2009
Otro espacio de esos.
Días atrás me enfrenté con la pregunta “¿Tienes un diario de vida?” y sin intenciones de contestarla pensé: “Un fotolog choto que me sirve de catarsis, ¿cuenta?” Y concluí que sí, que cuenta. Porque siendo yo incapaz de tener la constancia para un diario de vida, por lo menos tengo la constancia de buscar excusas para escribir, cosa que no haría de otro modo. La computadora facilita mucho las cosas y el tipeo sobrepasó en todos los sentidos al papel y a la lapicera (al menos en mi caso) Así que ahora, con ganas de renovarme, inicio un blog choto para que (también) me sirva de catarsis. Veremos qué resulta. Bienvenidos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)