jueves, 26 de febrero de 2009

Antes y después


El chiquero no inspira. El desorden malpredispone. Pero el olor a pulcritud, a brisa matutina... ¡Ah! Eso sí que invita a pasar, a quedarse. Bien, resulta que hoy no estudié un carajo (hablando mal y pronto) porque cuando me preparaba para hacerlo, abrí la puerta de mi habitación (mi nuevo lugar de actividades mentales) y me encontré con un panorama para nada agradable. Entonces, un poco con la excusa de que así el incentivo para estudiar se anula y otro poco porque hay oportunidades en las que hasta lavaría los pisos con tal de no empezar a torturarme con lingüistas, acomodé. Y fue superficial, nada del otro mundo... a la limpieza profunda la reservo para cuando necesite terapia, pero fue una limpieza al fin. Ahora mi habitación huele a melón y está despejada de todo posible quilombo (me invita a pasar y a quedarme), pero en vez de estudiar, pierdo tiempo en esto. ¡Levante la mano quién sigue buscando excusas para no enfrentarse a los libros!

7 comentarios:

  1. Levanto la mano y, si me dejás, la otra también (?). Estoy tocando el órgano. Por primera vez me salió tocar una cosa con acompañamiento. Ahora estoy intentando aprender otro tema :P Estoy más al cuete!

    Genial el antes y después!

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  2. Oohhh yo levanto las manos, los pies, las orejas... no hay nada mas placentero que buscar una justificación para no agarrar un libro y estudiar para un exámen... y no es que no quiera estudiar, no nada de eso, es que dá mucha fiaca a a veces....

    Me encantó la frase que me dejaste... sabias, muy sabias palabras...

    un abrazo Agos!

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  3. hahaahaha me sucede igual, pero entre mi desorden está mi orden, claro cuando me dispongo a limpiar debe estar todo perfecto :P

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  4. No sé si te dije alguna vez que me encanta cómo está escrito esto. Realmente transmitís el olor a melón y la brisa matutina. Felicidades.

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  5. Gracias, P.! Me es inevitable pensar, ahora, que esa limpieza me costó un aprobado.

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